Joaquín Cordua
RESUMEN
Durante los últimos 20 años Chile ha seguido una estrategia de desarrollo basada en las exportaciones. Como consecuencia de ello Chile es hoy uno de los países latinoamericanos que exporta una mayor proporción de su Producto Geográfico Bruto. |
ABSTRACT
During the last 20 years Chile has folowed a development strategy based on exports. As a result, doday Chile es probably one of the Latin American economies that exports the larges proportion of its Gross Domestic Product. |
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Numerosos países en desarrollo muestran hoy una tendencia creciente a liberalizar sus economías. Chile emprendió ese tipo de reformas económicas en los años setenta, transformando la economía chilena en una de las más liberalizadas de América Latina.
La creación de la Fundación Chile ocurrió cuando se iniciaba la aplicación de ese nuevo modelo de desarrollo del país, a mediados de la décad del 70. El modelo se caracterizó por una enérgica apertura de la economía al exterior; un fuerte estímulo a la actividad exportadora y a la inversión nacional y extranjera, y la búsqueda de una mayor estabilidad en las condiciones económicas y legales que afectan a las empresas productoras, especialmente en lo que se refiere a las tasas de inflación.
Las características de la Fundación Chile y los resultados que ella ha alcanzado han sido influidos en importante medida por esa política de desarrollo, la que fue mantenida con sólo pequeñas modificaciones durante el período de formación de la Institución y especialmente por el sesgo exportador de dicha política.
Las medidas de estímulo a la actividad exportadora lograron aumentar significativamente las exportaciones nacionales, especialmente las derivadas de los sectores de recursos naturales. El éxito general alcanzado por Chile en esta materia es, además, el resultado de esfuerzos sostenidos, al menos, durante los últimos tres decenios. En el curso de esos treinta años las exportaciones chilenas han crecido significativamente más que el producto nacional.
Es así como durante los años 60 las exportaciones se incrementaron en un 3,7 por ciento acumulativo al año. En los años 70 el crecimiento medio anual alcanzó al 8,5 por ciento y durante los años 80 superó un 5 por ciento, a pesar de la crisis del endeudamiento externo.
Como resultado de ese proceso, Chile es probablemente uno de los países de América Latina que exporta una mayor proporción de su producto, ya que esta fracción supera actualmente al 38 por ciento del P.I.B.
La creación de Fundación Chile se produjo, tal como se describe en párrafos posteriores, en el momento que se iniciaba la aplicación de este nuevo modelo económico en Chile caracterizado por una enérgica apertura de la economía al comercio exterior, un fuerte estímulo a la actividad privada en general y a la exportadora en particular. La garantía al derecho de propiedad, el programa de liberalización y apertura comercial, la política económica de mercado que incluía un tipo de cambio real alto, un rol subsidiario del estado y la no intervención estatal en el sector privado, crearon un ambiente favorable en la empresa privada para la creación de nuevas empresas y la inversión. Paralelamente, la apertura de la economía aumentó el nivel de competencia, obligando al empresario a adoptar formas más ágiles de administración y recurrir a la innovación tecnológica. Este ambiente favorable a la labor de la Fundación fue un factor importante para su éxito, el que a su vez le ha entregado alta credibilidad en su mercado objetivo.
En octubre de 1974 el Ingeniero Raúl Sáez, Ministro de Coordinación Económica del Gobierno de Chile, propuso a la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT) la creación conjunta de una entidad dedicada a la investigación científica y tecnológica y a la transferencia de tecnología, como parte de un acuerdo de transacción por la expropiación de la Compañía de Teléfonos de Chile de propiedad de ITT.
La propuesta fue aceptada en forma entusiasta por el Presidente del Consejo Directivo de ITT, Sr. Harold Geneen.
Como fruto de ese acuerdo fue creada una Corporación Privada sin fines de lucro. Sus estatutos fueron sancionados por un Decreto Ley del Gobierno de Chile.
Los creadores de la institución le definieron como objetivo la investigación científica y tecnológica, su desarrollo y la aplicación de los avances que obtenga a la economía. Se estableció que inicialmene sus trabajos estarían orientados a los campos de la alimentación, nutrición y electrónica.
La administración de la nueva institución, durante sus primeros diez años de vida, fue contratada con ISEC, empresa filial de ITT.
La Fundación Chile ha evolucionado significativamente desde que inició sus operaciones en 1976, adaptándose a las oportunidades que ha ido identificando. Actualmente trabajan en ella 250 personas de tiempo completo y un número mayor de consultores y expertos chilenos y extranjeros que ejecutan trabajos específicos por períodos limitados. El costo anual de su operación supera los diez millones de dólares. Su patrimonio actual es de unos 56 millones de dólares, superior en términos nominales al aporte de sus fundadores, el que ascendió a US$ 50 millones. Desde 1986 la Fundación no ha recibido nuevos aportes de sus fundadores, cubriendo el costo de sus programas con la venta de sus servicios, los resultados de las empresas que ha creado y los intereses de sus inversiones financieras.
A partir de Agosto de 1976, fecha en que comenzó a operar, pueden identificarse cuatro etapas en el desarrollo de la Fundación.
Es conveniente extendernos un poco en esta descripción, ya que permite mostrar la evolución que han experimentado las estrategias de transferencia tecnológica implementadas por la institución.
Este período corresponde al de la puesta en marcha inicial, y en él se concentra la búsqueda y definición de los capos y modalidades específicas de acción. Se inicia también en este período el contacto con el medio empresarial y se entregan asesorías gratuitas con el fin de estimular su utilización por parte del sector productivo.
La decisión inicial de trabajar en los campos de alimentación y nutrición provino de que el problema de la desnutrición era considerado uno de los más críticos en el país. Por otra parte, el campo de las telecomunicaciones fue incluido tanto por su importnacia para el desarrollo nacional, como por la evidente fortaleza de la ITT en dicha área.
Algunos progamas iniciales para transferir tecnología al país consideraban la formación de profesionales y técnicoschilenos para administrar proyectos conjuntos con universidades, instituciones de investigación y empresas privadas. El papel de la Fundación en ese enfoque era seleccionar la fuente proveedora del know-how específico requerido, contratar los técnicos que vendrían a Chile, firmar convenios con instituciones locales para introducir las tecnologías escogidas y por último financiar todo el proceso. Como se podrá apreciar del presente análisis, este concepto o enfoque experimentará más adelante un significativo cambio.
Otra definición básica con la que partió la Fundación fue la de no entrar a operar en capos donde ya existiese un nivel adecuado, tanto en calidad como en cantidad, de oferta local de servicios.
El primer Director General, destacado científico de la ITT en el área de alimentos y nutrición, pero algo alejado de la práctica empresarial, dirigió la formulación del primer programa operacional para el año 1977, el que incluyó proyectos sobre producción de harina de papas, desarrollo de una galleta de alto contenido proteico para el programa de desayunos escolares del gobierno, estudios preliminares sobre la captura y aprovechamiento del krill y financiamiento para un laboratorio de cultivo de mariscos en ambiente controlado.
Los profesionales de Fundación Chile llegaron pronto a la conclusión que el problema de la desnutrición no era tan crítico en Chile y que ya estaba razonablemente cubierto por otras instituciones del país, por lo que no se siguió desarrollando esa área.
Sin abandonar los proyectos en ejecución, se continuó con la búsqueda de otros campos y de modalidades más específicas de acción. En este período se recurrió alcontacto con empresas destacadas, invitándolas a participar en comités técnicos que ayudarán a orientar la acción de la institución.
En 1977, en medio de este proceso, llegó a la Fundación su segundo Director General, también designado por ITT. Este venía de dirigir durante 10 años un importante laboratorio de desarrollo tecnológico de ITT en España. Bajo su dirección se crean tres departamentos especializados: Marketing y Estudios Económicos, cuya misión fundamental era buscar y evaluar posibles nuevos campos de acción para la Fundación; Electrónica y Telecounicaciones, con la misión de dar apoyo al desarrollo tecnológico en dichas industrias y, finalmente, el Departamento de Alimentos.
Este último departamento posteriormente dio origen a los departamentos de Recursos Marinos y Agroindustrial, los que finalmente marcarían los rumbos de especialización de la Fundación. Inicialmente se organizó en cuatro divisiones: Recursos Marinos, Frutas y Hortalizas, Desarrollo de Productos e Ingeniería de Procesos de ALimentos. De estas cuatro divisiones la más activa en sus comienzos fue la de Desarrollo de Productos, con una orientación un poco diferente a la inicial: Se desarrollaron productos alimenticios en instalaciones propias (laboratorios y planta piloto) y en estrecha colaboración con las empresas privadas interesadas en adoptar las innovaciones que se estudiaban. Esta nueva orientación fue el primer paso del proceso evolutivo que dio origen al método de transferencia tecnológica que finalmente adoptaría la Fundación.
El primer período de la asistencia técniac a las empresas fue difícil. Los técnicos enfrentaroncierta incomprensión y falta de recursos de los potenciales beneficiarios, muchos de los cuales aún añoraban la asistencia técnica subsidiada de otros tiempos. La agricultura tradicional pasaba por un mal momento como consecuencia del proceso de expropiación del gobierno anterior y de las políticas de reducción de aranceles y de apertura comercial impulsada por el nuevo gobierno.
El cambio de dirección en 1977 fue fundamental en la orientación del proceso que se desarrollaría posteriormente. En su calidad de ingeniero especializado en la administración tecnológica, el nuevo Director General introdujo prácticas empresariales utilizadas en la División de Investigación y Desarrollo de la ITT. Este nuevo enfoque empresarial se comenzó a implementar en todos los niveles de la Fundación, tanto en la administración de proyectos como en el manejo del personal y control general de la gestión.
En 1978 se inicia, como parte de la asistencia técnica a la industria alimenticia, la prestación de servicios externos en el área de análisis y certificación, utilizando laboratorios propios.
En este período se adoptó una nueva modalidad de cobro que facilitase la venta de los servicios de la Fundación. Ella consistió en el pago de regalías relacionadas con el éxito del producto. Y se continuó con los servicios pagados de asistencia técnica, como complemento al desarrollo de proyectos integrales para terceros o por cuenta propia.
En 1980 la Fundación se trasladó a nuevas instalaciones especialmente construidas para ellas. Estas incluían cómodas oficinas, una excelente planta piloto y modernos laboratorios para análisis químico, bacteriológico y sensorial.
Durante el mismo año se colocó a profesionales chilenos a cargo de las cinco áreas en las que se habían concentrado los trabajos de la institución -Frutas y Hortalizas, Recursos Marinos, Desarrollo de Productos, Laboratorios y Planta Piloto- manteniéndose a los expertos extranjeros en una función asesora.
Desde el primer año de operación el Consejo Superior Directivo de la Fundación había planteado como objetivo prioritario conseguir un equilibrio en sus flujos financieros,de manera que la institución perdurara en el tiempo, pero sólo en esta etapa se comienza a aplicar efectivamente el concepto de autofinanciamiento.
El énfasis puesto en el concepto de autofinanciamiento fue de extrema importancia y se tradujo en un cambio gadual de actitud que llevó a una nueva forma de enfrentar las iniciativas, pensando prioritariamente en el mercado y los clientes.
En 1981, la Fundación tuvo ingresos operacionales por US$ 1.000.000, consiguiéndose un porcentaje de autofinanciamiento de 16%, el que subió en los años siguientes.
En este período se inicia la aplicación del modelo de creación de empresas demostrativas de nuevas tecnologías como herramienta para una eficaz transferencia tecnológica.
A partir de mediados de 1982 se produce una crisis en la economía chilena. El ajuste del tipo de cambio que se realizó como consecuencia de ella, unido a una recesión internacional que afectó a los mercados de destino de las exportaciones chilenas, originó un fuerte descenso del Producto Geográfico Bruto, generándose graves problemas en muchos sectores.
Esta crisis económica agudizó el problema de endeudamiento en muchos sectores y creó simultáneamente condiciones para que diversos productos agrícolas tuviesen un mejor potencial de exportación.
A partir de 1983 las condiciones imperantes en los mercados financieros redujeron considerablemente el rendimiento de las inversiones del fondo financiero acumulado de Fundación Chile. Ya no se obtendrían los altos intereses del pasado y no sería fácil cubrir por esta vía los déficit operacionales.
Esta situación junto a las bajas tasas de interés prevalecientes en el mercado, las que hacían más atractivos algunos de los proyectos que se habían estudiado anteriormente, condujeron a considerar la posibilidad de hacer una inversión directa en esos proyectos. En este período cada vez fue tomando más fuerza la idea de desarrollar proyectos y empresas demostrativas propias, utilizándolas como una herramienta de transferencia tecnológica. Se inició así la aplicación de un mecanismo original de transferencia tecnológica.
La Fundación Chile estudia y desarrolla un proyecto innovativo y crea una empresa privada operativa que debe demostrar su viabilidad. Para ello busca la mejor fuente de tecnología disponible en el exterior y la emplea en la empresa creada. Una amplia difusión de la iniciativa y de sus logros llevan a que otros empresarios inviertan, por imitación, en la nueva actividad. De este modo se crea una cadena de difusión de la innovación, que se completa una vez que se ha consolidado la nueva actividad. En ees momento se vende la empresa demostrativa y se recupera,al menos, el capital invertido. En esa forma se hace la transferencia tecnológica y la creación de una nueva actividad productiva. En el Anexo adjunto se desribe con mayor detalle este proceso y se incluye un ejemplo específico que ilustra como se ha gestado y completado una iniciativa de este tipo.
Al mismo tiempo la Fundación Chile continuó realizando la transferencia tecnológica en sus formas tradicionales: asesoría en el desarrollo de productos, asistencia técnica en la introducción de nuevos procesos, difusión de información y tecnologías mediante cursos, seminarios y publicaciones, y la prestación de servicios en áreas como control de calidad para frutas frescas y productos marinos de exportación.
En 1984 se creó un nuevo departamento para atender al sector forestal, el que mostraba un gran dinamismo.
El año 1986 constituye el inicio de una nueva etapa para la Fundación. Cumple 10 años de existencia y llega a su fin el contrato de administración con la ITT. En reemplazo del Director saliente es designado en el cargo un profesional chileno que se desempeñaba en la institución desde 1979 como gerente del Departamento de Tecnología de Alimentos.
Se completan también en esta fecha los aportes patrimoniales pactados por los socios fundadores.
Esta etapa se caracteriza porque la institución alcanza su mayoría de edad. De ahí en adelante debe sobrevivir con sus propios medios. Adquiere su sello propio, caracterizado por una buena imagen y credibilidad, afianzada por el reconocimiento de los logros obtenidos en su misión de transferencia tecnológica y por una sólida situación económica.
Un factor importante en los logros señalados fue el éxito alcanzado en la venta de la empresa Salmones Antártica, creada en 1982. Ella fue adjudicada a fines de 1988 a través de una licitación internacional. Esta venta fue seguida en los años siguientes por la de otras empresas demostrativas que había completado con éxito su consolidación técnica y comercial. Todo lo anterior contribuyó a avlidar el modelo de la creación de empresas demostrativas como mecanismos de transferencia y difusión de tecnologías.
Como en toda actividad innovativa, en la labor de la Fundación Chile han ocurrido fracasos. Para ilustrar esta situación mencionaremos algunos casos del área Agroindustrial. La mayoría de ellos se produjo en la primera etapa de la institución. En esa fase se promovieron diversos proyectos enfocados a resolver problemas tecnológicos para buscar luego una oportunidad de aplicar los resultados. Fueron iniciativas que carecieron de una clara orientación de mercado e identificación de los clientes.
Como ejemplos podemos mencionar los proyectos de cultivo del lupino dulce; de la introducción de la jojoba; el desarrollo de productos basados en cereales, y la leche tratada para resolver el problema de la intolerancia a la lactosa.
Otro caso fue el del Centro de Asistencia Tecnológica (CAT), orientado a prestar servicios a las empresas conserveras chilenas: asesoría, asistencia técnica e introducción de nuevas variedades conserveras. Este no logró un nivel adecuado de ingresos por los servicios que prestaba a los empresarios del sector.
Un tercer caso fue el del programa de asistencia técnica a la industria láctea a nivel de productor. Se ofreció asistencia técnica para mejorar las técnicas de producción lechera y sanidad en los procesos. Tuvo poca acogida entre los productores en una etapa en que la industria lechera pasaba por un mal período.
Por último cabe mencionar la empresa Caprilac, proyecto de industrialización de leche caprina para la producción de quesos finos. Se buscó beneficiar pequeños productores de leche de cabra en una zona pobre. Se desarrolló una línea de productos que alcanzó éxito en el mercado nacional. El proyecto fracasó porque no se logró un abastecimiento regular de leche de parte de los cabreros existentes, ni convencer a agricultores modernos de la zona que entrasen en la producción de leche de cabra.