Vol. 40 (Nº 39) Año 2019. Pág. 9
SÁNCHEZ AREVALO, Sonia 1; BASTIDAS TELLO, Guillermo 2; ALFONSO GONZÁLEZ, Iruma 3 y LABRADA GONZALEZ, Elsy 4
Recibido: 17/06/2019 • Aprobado: 28/10/2019 • Publicado 11/11/2019
RESUMEN: Con el objetivo de evaluar la ocurrencia de embarazos no deseados y sus factores asociados en estudiantes de la Universidad Regional Autónoma de los Andes se realiza una investigación de tipo transversal y analítica, que incluye análisis bivariado y de regresión logística, a partir de los que se determina un perfil de las estudiantes con riesgo de tener un embarazo no deseado, constituido por tener edad comprendida entre 18-20 años (OR=.574 ; IC95% 0.50-4.02), que hayan iniciado la actividad sexual a edades entre 13-15 años (OR= 5.15; IC95% 2.12-8.16), tienen nivel regular de conocimientos sobre el tema de salud sexual y reproductiva (OR=1.74; IC95% ;1.31-6.31), y son solteras (OR=18.3 ; IC95% 14.4-21.6). En este estudio se presentan resultados que contribuyen a examinar la extensión de un problema complejo como lo es el embarazo no deseado para la estudiante universitaria, por sus serias implicaciones de salud, psicosociales y académicas. |
ABSTRACT: In order to evaluate the occurrence of unwanted pregnancies and their associated factors in students of the Regional Autonomous University of the Andes a cross-sectional and analytical investigation is carried out, which includes bivariate analysis and logistic regression, from which a profile is determined for students at risk of unwanted pregnancy, consisting of age between 18-20 years (OR =. 574; IC95% 0.50-4.99), which have initiated sexual activity at ages between 13-15 years (OR = 5.15; IC95% 2.12-8.16), have regular level of knowledge on the subject of sexual and reproductive health (OR = 1.74; IC95%; 1.31-6.31), and are single (OR = 18.3; IC95% 14.4-21.6). This study presents results that contribute to examine the extent of a complex problem such as unwanted pregnancy for the university student, due to its serious health, psychosocial and academic implications. |
No es posible deslindar la aparición de la adolescencia en el individuo, de su sexualidad y actividad reproductiva, que forman parte de su desarrollo biológico, físico y psicológico (Fernández et al., 2013; Mora y Hernández, 2015). Esta importante etapa, marca además una fase de riesgos en los que se incluye el embarazo no deseado.
En la actualidad, el comienzo precoz de la actividad sexual, es considerado como un problema de salud pública a escala global (Díaz, Arrieta y González, 2014). En particular lo es también el embarazo no deseado, asociado siempre a eventos adversos entre los que se encuentran alta prevalencia de la interrupción intencional del embarazo, evento caracterizado por su inseguridad y alto riesgo, así como también imprecisiones o no registro y seguimiento de la atención prenatal, que antecede a insatisfactorios resultados perinatales (Mora y Hernández, 2015). Las estadísticas apuntan a asociar las tasas de embarazo no deseado en adolescentes, con la realización de abortos (Ortiz et al, 2003; Morales et al, 2013; Díaz et al., 2014; Gómez y Montoya, 2014)
El embarazo no deseado puede ser visto como un factor causal de deserción o abandono en cualquiera de los niveles educativos, que resulta altamente significativo en la educación superior, al comprometer seriamente el logro de realización personal o profesional futuro. De hecho, se encuentra asociado a la alteración del trayecto ya recorrido por la estudiante en su proceso formativo, que por lo general conlleva al aplazamiento del cumplimiento de objetivos trazados, o a la anulación de metas fijadas en lo académico, que forman parte de su proyecto de vida. Una vez embarazada, ante la joven estudiante se abren dos caminos: uno que conduce a la deserción temporal o definitiva de la universidad en la que se forma con vistas a asumir su nuevo rol de madre y otro, en que muestra de hecho la posibilidad de continuar cursando estudios, debiendo combinar los deberes inherentes a su condición de estudiante, con las tareas inherentes a la maternidad asumida. (Ortiz et al., 2003; Díaz et al., 2010; Berlanga et al, 2013; Jiménez y Márquez, 2014; UNICEF y Plan Internacional, 2014; Morales et al, 2013; Saeteros, et al. 2015; Villalobos et al., 2015; Romero et al., 2018)
Siguiendo este orden de ideas, Estupiñán y Vela (2012), centran su atención en las dificultades a afrontar por la estudiante al desempeñar el doble rol ya mencionado, en el que se contraponen un enfoque social estereotipado de la representación de la función materna a cumplir y el deseo de culminar sus estudios, de modo que pueda finalmente entrar a su futuro ámbito laboral con éxito, y así responder de forma satisfactoria, a las demandas crecientes que impone la sociedad del siglo XXI. No cabe dudas que convertirse en madre en el transcurso de la realización de estudios superiores, representa afectaciones en el rendimiento académico de la estudiante y provoca en ella a su vez, problemas de índole psicológica y social. Por su parte (Díaz, González y Ramos, 2010; Morales et al, 2013; Díaz, Arrieta y González,2014 y Yago y Tomas, 2014) señalan elementos importantes que no deben ser desestimados en este problema por su contribución a agudizar las presiones que de por sí se generan sobre la embarazada y futura madre: por una parte el no contar con el necesario apoyo afectivo y material de la familia o la pareja, y por otra incluso la convivencia penosa con situaciones en el contexto universitario en el que, no cuenta con la comprensión y la ayuda de sus profesores o algunos de sus compañeros, ni con el respaldo de la universidad como institución.
Pese a lo que, desde una mirada simplista, pudiera insertarse en la amplia gama de problemas de índole personal, el embarazo de la estudiante universitaria, deviene en afectaciones familiares y sociales, lo que apunta hacia la necesidad de adoptar criterios preventivos de cara a minimizar su ocurrencia en el ámbito de la educación superior. Esta circunstancia casi siempre es de naturaleza inesperada y rompe con las expectativas personales y familiares que pautaron un proyecto de vida sin interferencias (Ortiz et al, 2003; Estupiñán y Vela, 2012; Bagnato et al., 2014; Carranza et al., 2014; Molina, 2017; Barrón et al, 2018). Según Morales et al. (2013), la reproducción, como consecuencia de la práctica sexual, debe ser deseada y convenientemente planificada. En caso contrario se origina el llamado embarazo no deseado, surgido desfavorable e inoportunamente en una mujer cuya intención o deseo no es la reproducción.
Las pautas a seguir para que los jóvenes y adolescentes tengan un comportamiento sexualmente responsable y amplios conocimientos en salud sexual y reproductiva, deben ser una premisa en los contenidos que, a lo largo del proceso formativo enriquecen la educación sexual en cualquiera de sus niveles de enseñanza, pero lamentablemente se evidencian fallas en este particular, así como una brecha entre los saberes adquiridos en niveles precedentes y los que debieran consolidarse en el nivel superior (Ortiz et al.,2003; Carranza et al., 2014; Orcasita et al., 2014; Salguero y Marcos, 2014; Cortés, García y Ochoa, 2015; Villalobos et al., 2015; Molina, 2017; Ordóñez et al., 2017).
Autores como Miller y Arvizu (2016), consideran que la temática del embarazo en estudiantes universitarias ha sido insuficientemente abordada, al ser tomado este evento como un aspecto privado en la vida de ellas y la de sus familias. No obstante, en algunas investigaciones se caracterizan los problemas a afrontar por las estudiantes embarazadas, al ser objeto de rechazo de docentes y compañeros de estudio; tener una precaria situación económica y afectaciones de índole emocional, como poca autoestima, estrés y depresión, además de incertidumbre percibida con relación al futuro (Ortiz et al, 2003; Estupiñán y Vela, 2012; Fernández et al, 2013; Morales et al, 2013; Díaz, Arrieta y González, 2014; Miller y Arvizu, 2016).
En Ecuador el embarazo en la adolescencia es considerado por parte de las autoridades sanitarias, como un problema de salud, dada sus consecuencias sociales y de salud de las gestantes, que por demás constituyen un grupo de alto riesgo epidemiológico por su alta vulnerabilidad biológica (Malo Serrano et al, 2014; Naranjo et al., 2014; Burneo et al, 2015; Rodríguez, Martínez, Sacoto, 2018). Según reportes de la UNICEF y Plan Internacional (2014), la tasa de prevalencia de este evento, hace del país, el tercero en la región.
La mujer estudiante como miembro de una comunidad universitaria, aparentemente se encuentra “resguardada” de la ocurrencia de un embarazo no deseado, dados los conocimientos previos adquiridos por la educación sexual en niveles educativos precedentes, cuando en realidad constituye un grupo no exento de mantener conductas de riesgo, asociadas a una salud sexual y reproductiva no responsable, de manera que los resultados no deseados en términos de abortos y embarazos no planificados, de hecho, se suman a los propios de otros grupos femeninos de riesgo. Es esta situación la que sirve de base a la intención de profundizar en los elementos que contribuyen a la ocurrencia del embarazo no deseado en centros de educación superior. De ahí que el propósito del presente estudio lo constituya evaluar la ocurrencia de embarazos no deseados y sus factores asociados en estudiantes de la universidad------------------.
Se realizó un estudio cuyo diseño metodológico fue de tipo descriptivo, de corte transversal y cuantitativo, desarrollado en el periodo comprendido entre enero y julio del 2018.
Población y muestra. Partiendo de una población de mujeres estudiantes ascendiente a 984, se obtuvo un tamaño muestral de 416 sujetos, tomando en cuenta un margen de error de 5%, frecuencia de embarazos de 16% y nivel de confianza de 95%, siendo los criterios de inclusión encontrarse cursando un programa de la universidad en cualquier semestre, haber iniciado relaciones sexuales y manifestar su disposición a participar en la investigación. Se realizó un muestreo probabilístico y por reemplazo, que contempló la selección aleatoria de las estudiantes, considerando la proporción de estudiantes por programa o carrera y por semestre cursado. Así mismo se garantizó sustituir a los sujetos ausentes en el día fijado para la aplicación del instrumento de investigación.
Instrumentos y variables. La variable dependiente fue la ocurrencia de embarazo no deseado, siendo las variables independientes la edad, edad de inicio de relaciones sexuales, interrupción del embarazo, conocimientos acerca de la salud sexual y reproductiva y el estado civil.
-Encuesta a estudiantes: Se trata de un cuestionario estructurado, autoadministrado y de naturaleza anónima, cuyo propósito es identificar el comportamiento de las variables objeto de estudio. Consta de 22 ítems, concebidos en dos bloques: 14 ítems que evalúan los conocimientos sobre salud sexual y reproductiva y 8 ítems que abarcan los datos sociodemográficos de los sujetos que componen la muestra.
Procedimiento. La investigación se realizó en dos fases, la primera de las cuales incluyó el proceso de muestreo y la elaboración del cuestionario en su versión preliminar, que en prueba piloto se aplicó a 15 estudiantes que no fueron incluidas en la muestra, siendo su propósito lograr el mejoramiento del instrumento en lo referente a la comprensión de los ítems, su redacción y pertinencia, además de estimar el tiempo de aplicación. De ello se derivaron modificaciones en la redacción de algunas preguntas y la reducción de ítems por variables. Fueron realizados los análisis de la consistencia interna al instrumento en su versión definitiva, para lo que fueron calculados el coeficiente de homogeneidad Alpha de Cronbach y las correlaciones de Pearson de los ítems con el total, mediante el programa SPSS.21.
La segunda fase, fue el marco en que se aplicó el cuestionario, de cuyas respuestas se obtuvo la base de datos codificada en Excel y posteriormente procesada con el programa SPSS.21.
Análisis de datos. El análisis de consistencia interna para el instrumento aplicado, fue de 0,91, considerado como un valor satisfactorio que avala su fiabilidad. La determinación de los coeficientes de correlación de Pearson de los ítems con sus totales, para p < .01, resultó ser significativa al obtenerse valores por encima de 0.2 en todos los casos.
En primer lugar, se realizó la descripción de las variables cualitativas mediante frecuencias absolutas y porcentajes indicando sus intervalos de confianza (95%) en cada uno de ellos. Seguidamente se hizo un análisis bivariado, con la determinación correspondiente de χ2 de Pearson, tomando p ≤ 0,05 y a partir de las variables que resultaron estadísticamente significativas, se realizó un análisis de regresión logística mediante la determinación del odds ratio (OR), cuyo valor se clasifica según el criterio de Chen y Cohen (2010) y ratificado por Domínguez (2018) al asumir criterios de clasificación de la magnitud de la asociación que establecen como insignificante un OR <1.68; pequeña para 1.68 ≤ OR < 3.47 ; moderada si 3.47≤ OR ≤ 6.71 y grande si OR > 6.71.
La prevalencia de embarazo de acuerdo al total de estudiantes en estudio fue de 28.6%, al reportar 119 estudiantes el estar embarazadas en la etapa de estudios. Ello implica que la frecuencia con que ocurre este problema es aproximadamente de 10 por cada mes.
Según muestra la tabla 1, de las 416 estudiantes encuestadas, más de la mitad pertenece al grupo de edades entre 18 y 20 años (51.4%), mientras que en los grupos de 15-17 y 21-24 años, se encuentra el 24.5% y 24.0% respectivamente de los sujetos estudiados, siendo el promedio de edad de 17.3± 1.2 años. La edad promedio de inicio de las relaciones sexuales resultó ser 15.2±1.8 años, de modo que las edades comprendidas entre 13-15 (41.3%) y 16-19 (37.7%), fueron las que prevalecieron en el estudio.
Los conocimientos sobre salud sexual y reproductiva mostrados por las encuestadas al momento de la entrevista, fueron evaluados de Mal en 104 estudiantes y Regular en 165 (25.0% y 39.6% respectivamente), siendo evaluados como Bien, solo 147 del total (35.3%).
De las 119 estudiantes que reportaron su embarazo, 87 lo calificaron como no deseado (73.1%), mientras los 32 restantes declararon haberlos planificado (26.8%). En lo relacionado con los diferentes modos de resolución del embarazo, 78 estudiantes lo interrumpieron (65.5%) mediante un aborto inducido lo que representa más de la mitad de los embarazos producidos. Cuatro de las jóvenes sufrieron aborto espontáneo (5.9%), en tanto 37 del total de los embarazos reportados fueron llevados a término (31.0%).
En cuanto al estado civil, 301 de las estudiantes son solteras (72.3%) y 115 son casadas o mantienen una relación de pareja de unión libre (27.6%).
Tabla 1
Comportamiento de variables demográficas
y de actividad sexual
El comportamiento de la relación de las variables predictoras asociadas al 73.1% de embarazos no deseados, se muestra en la tabla 2. Los datos reportados de la edad en el momento de la investigación, indican que el 42.5% de las estudiantes está en el grupo de edad de 18-20 años, mostrando una relación estadísticamente significativa (χ2 =56.2; p=.035). Con relación a la edad de inicio de las relaciones sexuales, el 48.2% resultó activo sexualmente por primera vez en las edades comprendidas entre 16-19 años, con asociación significativa con el embarazo no planificado (χ2 = 6.014; p=.050). Se aprecia asociación significativa en el factor conocimientos sobre salud sexual y reproductiva con la ocurrencia del evento en estudio (χ2 =4.236; p=.021), en el que el 63.2%, tiene un nivel regular sobre dichos aspectos. Por otra parte, de los 119 embarazos reportados, el 79.3% de las estudiantes ha interrumpido su embarazo mediante un aborto inducido, demostrando asociación con la ocurrencia de embarazo no deseado (χ2 =3.912; p=.010).
Tabla 2
Resultados obtenidos por análisis bivariado de la ocurrencia
de embarazo no deseado asociada a las variables predictoras
(*) significación estadística para p≤.05
En la tabla 3 se muestra el análisis de regresión logística realizado con el propósito de estimar la magnitud del efecto de las variables predictoras significativas, sobre el embarazo no deseado. En este caso, todos los factores estudiados resultaron asociados estadísticamente con la ocurrencia del evento, según los resultados mostrados en la tabla 1.
De los resultados obtenidos se infiere que tener una edad entre 18 y 20 años aumenta el riesgo de embarazo no deseado, en 1.74 veces en comparación con el resto de los grupos etarios, es decir, que si se aumenta la edad en una unidad, mientras el resto de las variables permanece constante, el odds de ocurrencia de embarazo no deseado es 5.18 veces más, que si no se aumentara esa unidad referida. En este caso se precisa trabajar con el valor inverso del OR del factor, por ser menor que 1. La edad de inicio de relaciones sexuales explica el evento de embarazo no deseado por tener valor de p =.003, de manera que comenzar a las edades entre 13-15 años, apunta a un riesgo de tener un embarazo no deseado 5.15 veces mayor que el que tienen las estudiantes con mayores edades de iniciación.
Con relación a los conocimientos sobre salud sexual y reproductiva, hay asociación estadística significativa negativa con el embarazo no deseado (p= .036), siendo el riesgo de ocurrencia del evento no favorable, 1.74 veces mayor en estudiantes con nivel mal y regular que en aquellas con nivel de conocimiento calificado como bueno. En cuanto al estado civil como variable predictora, se aprecia también significación estadística en su relación con la ocurrencia del embarazo no deseado (p=.028), así como que ser soltera representa un riesgo de ocurrencia del resultado indeseado 18.3 veces mayor que el existente al tener una relación de unión libre.
En base a los resultados obtenidos por el análisis de regresión logística, el perfil de las estudiantes universitarias estudiadas con riesgo de tener un embarazo no deseado, queda constituido por aquellas jóvenes de edad entre 18-20 años (OR=0.57 ; IC95% 0.50-4.02), que hayan iniciado la actividad sexual a edades comprendidas entre 13-15 años (OR= 5.15; IC95% 2.12-8.16), tienen nivel regular o malo de conocimientos sobre el tema de salud sexual y reproductiva (OR=1.74 ; IC95% ;1.31-6.31), y son solteras (OR=18.3 ; IC95% 14.4-21.6).
De acuerdo al criterio de Chen y Cohen (2010), los valores de odds ratio de los factores edad (OR= .574) y conocimiento sobre salud sexual y reproductiva (OR= 1.74), expresan una pequeña magnitud del efecto sobre el embarazo no deseado. Con relación al efecto del factor edad de inicio sobre el evento estudiado, la magnitud resultó moderada (OR= 5.15). El factor de mayor efecto sobre el embarazo no deseado, lo constituye el estado civil con un valor de OR=18.3, cuya magnitud resulta evaluada como grande.
Tabla 3
Resultados del análisis de regresión logística para
estimación de riesgo de embarazo no deseado
(*) significación estadística para p≤.05
Ordorika (2015) y Barrón et al. (2018), alertan sobre la posición desventajosa de la estudiante universitaria, sustentada en su arribo tardío a un ámbito que ha sido creado con visión masculina y destinada para la formación de hombres. Esta brecha se ve agudizada ante la ocurrencia de un embarazo en el transcurso del proceso formativo. En este particular Miller y Arvizu (2016), destacan las afectaciones que presentan a partir de este punto los proyectos de vida de las jóvenes y su incompatibilidad con las reglamentaciones que rigen la marcha del trabajo en las universidades.
Morales et al. (2013), por su parte, al estudiar la ocurrencia del embarazo no deseado en estudiantes universitarias, lo interpretan como un evento capaz de anular las posibilidades de desarrollo de la mujer, acompañado además por un cambio brusco y desfavorable de sus vidas, afectadas en los planos psicológico y social. Siguiendo este orden de ideas, Molina (2017), profundiza en importantes consecuencias generadas de este evento, asociadas a una notoria disminución del aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el proceso formativo y a limitaciones en la participación de actividades acordes con la edad, las cuales, según el criterio de Morales et al. (2013) pueden incluso trascender a la terminación de la causa original: la ocurrencia del embarazo.
Esquemas sociales injustos, que se extienden en el tiempo, plantean tareas predestinadas a ser cumplidas por las mujeres, como son la crianza de los hijos y el cumplimiento ineludible de la realización de la actividad doméstica, factores que atentan contra la permanencia de la mujer en la universidad y dificultan su retorno una vez concluido el proceso de gestación (Miller y Arvizu, 2016)
En el presente estudio, la edad promedio de las estudiantes fue de 17.3±1.2 años, similar a la del grupo de estudio realizado por Ortiz et al (2003), que fue de 18.6 años. Coincidentemente a lo detectado en la presente investigación, estos autores, además de Díaz, González y Ramos (2010) y Díaz, Arrieta y González (2014), también reportaron una asociación estadísticamente significativa de la edad como variable predictora con la ocurrencia de embarazos no deseados.
Siendo en esta investigación 15.2 ±1.8, el promedio de edad de inicio de relaciones sexuales en los sujetos estudiados, se aprecia la coincidencia del comportamiento de esta variable en el estudio de Ortiz et al (2003), quien reportó una edad de 15.4 años. Por su parte Díaz Cárdenas et al. (2014), la indica como 16.6 años y Gómez et al. (2014a), mientras que en la población estudiada por Saeteros et al. (2013), esta etapa se inició con edad promedio de 17,4 años. En los resultados de Díaz Cárdenas et al. (2014), se detectó una asociación estadísticamente significativa del embarazo no deseado y la edad de inicio de las relaciones sexuales, tal y como se detectó en el presente estudio.
Resulta importante señalar que, en Ecuador, las investigaciones realizadas sobre el tema, apuntan a una tendencia decreciente de las edades de inicio de las relaciones sexuales tanto en hombres como en mujeres, siendo de 16 años la observada en ellas (Saeteros et al.,2013).
El comportamiento de la salud sexual y reproductiva en las comunidades universitarias, por lo general muestra una relación no armónica, entre el conocimiento adquirido en los diferentes niveles educativos precedentes y la práctica de la sexualidad. Un aspecto desfavorable es el derivado de lo anteriormente referido y es que prevalece una educación sexual deficiente en el contexto educativo actual, en que la escuela no ha integrado de manera eficaz a esta materia, como un eje dentro del proceso formativo.
Son varios los autores que han constatado en sus investigaciones, que la calidad de la educación sexual y los conocimientos adquiridos en esta temática por los estudiantes, están asociados con una menor prevalencia de embarazos no deseados (Ortiz, 2003; Fernández et al, 2013; Saeteros et al. 2013; Gómez, et al, 2014a; Díaz et al 2014; Orcasita, López y Gómez et al., 2014a; Ordorika, 2015; Ordóñez et al., 2017; Barrón et al, 2018). La presente investigación concuerda en sus resultados con la naturaleza de esta relación.
La prevalencia de embarazo en la población estudiada fue de 20.9%, cifra que sobrepasa a la existente en otros centros de educación superior según los resultados obtenidos por Ortiz (2003), Díaz Cárdenas et al. (2010), Díaz Cárdenas et al. (2014) y Gómez, et al. (2014a), en los que se reportan 14.9%, 7.4%, 8.4% y 12.3%, respectivamente.
Por otra parte, el comportamiento del embarazo no deseado en esta investigación, fue de 28.6%, muy superior a la reportada por Díaz Cárdenas (2010), en una universidad del Caribe colombiano (8,5%) y también por encima de la mostrada por Morales et al (2013) en una institución cubana (18.7%). Por su parte, Castillo (2015), estudiando una comunidad universitaria reportó que 6 de cada 7 embarazos producidos, era no deseado. Estos resultados reafirman que la estudiante universitaria no mantiene una conducta sexualmente responsable.
En los aspectos relacionados con el estado civil, Martínez, Sacoto y Álvarez (2018), explican su asociación con el embarazo no planificado, con valores de OR elevados (5.38) y detectan que es en las solteras donde se produce con mayor frecuencia los embarazos no deseados, pues en su mayoría no lo planifican, ni son consecuentes en el uso de métodos de anticoncepción. Similares resultados reportan Díaz, González y Ramos (2010) y Díaz, Arrieta y González (2014), que constatan desde el punto de vista estadístico la relación significativa del estado civil con el embarazo no deseado, de modo similar al resultado que, entre estas dos variables, reporta la presente investigación.
Con relación al aborto, como medio de interrupción del embarazo, son varios los autores que destacan la actitud de rechazo con que la mayoría de las jóvenes rechazan un embarazo no planificado, lo cual explica que se asuma como medio de resolución del problema, en justa contraposición a llevar el embarazo a término (Morales et al., 2013; Saeteros et al, 2013; Yago y Aznar, 2014; Carranza et al, 2014; Cortés et al., 2015; Saeteros et al, 2015; Romero et al, 2018).
El presente estudio reporta una alta prevalencia de aborto inducido en la población universitaria (79.3%), superior a las reportadas por Ortiz et al (2003), Gómez et al. (2014a), y Díaz Cárdenas et al. (2014), con valores de 46.5%, 28.0% y 47.2%, respectivamente. La interrupción voluntaria del embarazo, apunta a procederes quirúrgicos de alto riesgo obstétrico, en especial para la mujer adolescente y en muchas ocasiones no realizados en instituciones de salud, según reportan Gómez et al (2014a), y sí bajo condiciones precarias en casas u otros lugares, por falta de recursos o por ser el aborto un procedimiento ilegal en algunos países.
De manera similar a los resultados que se presentan en este estudio, Gómez y Montoya (2014) identifican a la edad cronológica (OR: 8,33 IC; 1,82-38,14), y a la edad de inicio de las relaciones sexuales (OR: 1,95 IC; 0,69-5,5), entre otros factores estadísticamente asociados a la ocurrencia de embarazos.
En este estudio se presentan resultados que contribuyen a examinar la extensión de un problema complejo como lo es el embarazo no deseado para la estudiante universitaria, por sus serias implicaciones de salud, psicosociales y académicas, que tanto comprometen las metas pautadas en los proyectos de vida, todo ello en franca contraposición a una nueva realidad en las que le esperan nuevas responsabilidades a asumir dentro de la maternidad, en un momento nada oportuno de sus vidas y desprovistas muchas de ellas, del necesario respaldo económico, familiar, afectivo de pareja e institucional que las ayude a afrontar los fuertes cambios en los que les tocará vivir en lo sucesivo
La identificación de factores o variables predictoras de este evento en el contexto estudiado, debe ser tomada en cuenta a la hora de trazar e implementar estrategias que conduzcan al mejoramiento de las conductas sexuales y reproductivas, en las que se integren en un solo enfoque las políticas de promoción de salud, métodos de prevención y una educación sexual objetiva e integral.
A la luz de los conocimientos actuales, cada vez se hace más certero el considerar que cursar estudios en la educación superior no implica para los estudiantes en la actualidad, dominar todos los elementos que desde la ciencia le ayudan a entender su sexualidad y observar conductas sexuales responsables. Este hecho se explica porque más allá de ser considerados como adultos, las insuficiencias en el ámbito formativo, no les permiten interiorizar la responsabilidad sobre la salud propia y la de los demás, o conceder la debida importancia al conocimiento y uso de medios anticonceptivos, ni se manejan en toda su magnitud las posibles consecuencias aparejadas a la inobservancia de buenas prácticas de salud sexual y reproductiva, que abarcan eventos no deseados como el embarazo, el aborto y el posible contagio de una infección de trasmisión sexual. De hecho, en estudiantes universitarias se evidencian ideas y creencias erróneas, que no les permiten ver a la sexualidad como un derecho.
Corresponde a las universidades trazar las pautas que conduzcan a un proceso formativo integral que perfeccione los conocimientos en torno a la sexualidad responsable en mujeres y hombres toda vez que es la institución idónea para influir en la adopción de nuevos hábitos, actitudes y conductas seguras, incidiendo además en justas valoraciones en torno al género, enfoques relacionados con la sexualidad y la reproducción y el cuidado de la salud propia y la de los demás.
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1. Especialista en Ginecología. Docente de la Carrera de Medicina de la Universidad Regional Autónoma de los Andes (UNIANDES). Email: ua.soniasanchez@uniandes.edu.ec
2. Especialista en Salud Mental y Psiquiatría. Docente de la Carrera de Medicina de la Universidad Regional Autónoma de los Andes (UNIANDES). Email: ua.guillermobastidas@uniandes.edu.ec
3. Especialista en Derecho de Familia. Docente de la Carrera de Medicina de la Universidad Regional Autónoma de los Andes (UNIANDES). Email: ua.irumaalfonso@uniandes.edu.ec
4. Máster en Urgencias Médicas. Docente de la Carrera de Medicina de la Universidad Regional Autónoma de los Andes (UNIANDES). Email: ua.elsylabrada@uniandes.edu.ec