Espacios. Vol. 35 (Nº 1-Especial) Año 2014. Pág. 6


Aproximación metodológica a una medición del desarrollo sustentable y la competitividad en un destino turístico

Valuing heritage for the development of tourism offer in Ciudad Bolivar

Arturo MORENO 1 y Arnoldo PIRELA 2

Este trabajo contó, entre otros, con el apoyo de ECOS-Nord-FONACIT y del Laboratorio de Innovación y Aprendizaje (LIA). Es uno de los resultados del Proyecto: “Petróleo, tejido productivo y turismo en la cuenca del río Orinoco ¿qué opciones para un desarrollo sustentable de los territorios?” y del Proyecto LOCTI: “Tejido Productivo y Turismo en Venezuela: Innovación y Desarrollo Sustentable”.


Contenido

RESUMEN:
Este trabajo es una primera aproximación al diseño de un sistema de indicadores de competitividad con énfasis en criterios de sustentabilidad. El sistema propone una validez exclusivamente sectorial, específicamente para el sector turismo, y con un fuerte anclaje en la visión compartida por todos los actores locales respecto al destino turístico. Por otra parte, apuntamos no sólo a objetivos de medición y comparación, o benchmarking, sino que se propone como un sistema que facilita el aprendizaje compartido entre los participantes que voluntariamente incorporan su información al sistema.
Palabras clave: metodología, indicadores, turismo

ABSTRACT:
This paper is a first approach to the design of a system of indicators that determine the level of competitiveness of an enterprise with an emphasis on sustainability. The system is specifically designed for tourism sector, with a strong anchor in the vision shared by all local stakeholders regarding the destination. Moreover, we aim not only to measure and to compare (benchmarking) but it’s intended to be a system that facilitates shared learning among participants who voluntarily enter their information into the system.
Keywords: methodology, indicators, tourism


Introducción

Venezuela está fuertemente dotada de recursos naturales, los que podemos clasificar esencialmente en dos tipos muy distintos. Ambos están sujetos a lógicas de desarrollo y explotación muy diferentes, demandan escalas económicas y formas de gestión y control claramente diferenciables, al igual que son otros los actores y las culturas organizativas que se involucran con unos y otros negocios. La explotación de ambos recursos tiene además un poder de impacto sobre el medio ambiente natural y humano de muy clara y diversa escala y naturaleza, y están sujetos a mecanismos de control o remediación también muy diferentes. No obstante, hay interesantes puntos de encuentro o contacto en la lógica económica de un tejido productivo y de servicios nacional o local y en relación con la competividad que un país o región puede desarrollar para ambos recursos naturales.

Estamos hablando, por una parte,  de la industria de los hidrocarburos, incluida  la compleja trama de industrias y servicios relacionados aguas arriba y aguas abajo con la explotación de esa cadena productiva. Por la otra, nos referimos al amplio y transversal sector del turismo, pensando particularmente en las nuevas tendencias relacionadas con el disfrute de los ambientes naturales, la recreación, los servicios personales, el ocio o la utilización del tiempo libre bajo principios de desarrollo sustentable.

Durante los últimos cien años, desde finales de la primera década del siglo XX, la actividad más importante de explotación de los recurso naturales que identifica a Venezuela ha sido la extractiva, fundamentalmente de hidrocarburos líquidos. Casi 300.000 millones de barriles de reservas probadas, mayormente de crudos extrapesados, dan cuenta hoy del esos recursos sobre los cuales  está asentada la nación Venezolana.  Ubicados en cuatro grandes cuencas petrolíferas que se originaron como consecuencia de la geomorfología de los sistemas de montañas del Caribe y los Andes. A groso modo, la del Caribe separó la cuenca de Margarita de la Oriental (incluida la Faja Petrolífera del Orinoco). Mientras que el ramal venezolano de los Andes separó a las cuencas de Maracaibo  de la de Barinas-Apure. Tanto las cuencas de Barinas-Apure como las de Margarita y Oriente con la Faja del Orinoco se contraponen al Macizo de Guayana y al resto del sur de Venezuela en donde no hay hidrocarburos, sino selva húmeda y minerales de gran valor: oro, diamantes, hierro, bausita y otros.

La actividad extractiva de los hidrocarburos construyó una economía nacional y prácticamente que una nación, pues gracias al petróleo Venezuela logró salir de la miseria que aturdía a una gran mayoría de la población consecuencia de un largo siglo XIX de guerras con su secuela de destrucción. Pero al mismo tiempo, se trata de una economía que cada vez se hace más exclusivamente dependiente del petróleo crudo y por tanto Venezuela es un país demasiado expuesto a los bruscos ciclos de los precios internacionales de los hidrocarburos y a los varios tipos de “shocks” que puede ocacionar.

Los criterios con los cuales se maneja la explotación de ese recurso, particularmente después de las crisis energética de los años 70’s, cada vez más limitan u obstaculizan el desarrollo nacional, promoviendo la inestabilidad económica y política y no sustentabilidad del modelo: tremendas desigualdades sociales y económicas, gigantescos pasivos ambientales, grandes debilidades competitivas y un desequilibrio estructural hasta ahora sin salida.

Pero el fenómeno no es exclusivamente venezolano, al punto que para dar cuenta de este tipo de procesos se han construido teorías y enfoques que intentan explicar las paradójicas consecuencias negativas de tal explotación de los recursos naturales, con proposición de soluciones de diverso calibre.

En términos académicos estamos hablando de un derivado de los estudios sobre la llamada “Enfermedad Holandesa” 3, o la perdida de competitividad del resto de los sectores en la economía de un país, en la medida de los altos ingreso y alta rentabilidad de un emergente sector petrolero. Estos trabajos tuvieron gran relevancia a raíz de la “Crisis Energética” de los años setenta, por las distorsiones que inicialmente provocaron los hidrocarburos del Mar del Norte en las económicas de Holanda, Noruega, Inglaterra, Escocia 4.

El otro tipo de recursos naturales que posee Venezuela es un muy proclamado potencial turístico, apreciable en el extraordinario patrimonio natural de costas e islas caribeñas, imponentes ríos, magníficas cordilleras andinas, con grandes extensiones de territorio bajo diversas formas de protección o regulación y una las regiones con mayor diversidad biológica de la tierra.  Además, están las muy extensas selvas tropicales, prístinas o casi prístinas en su gran mayoría; en donde aflora por todas partes, casi a simple vista un diverso y complejo proceso de transformaciones geológicas desde los tiempos de la existencia de Pangea, cuando todo el territorio que hoy ocupan los venezolanos era parte de un gran desierto; incluso más atrás,  cuando se formó el hoy llamado Macizo o Escudo Guayanés, mucho antes de que los continentes se unieran para formar Pangea. Pero hasta ahora ese potencial es de muy escasa importancia económica (unos 500.000 visitantes en el año 2011, según cifras oficiales disponibles; último entre los destinos nacionales de América Latina) y posee niveles cada vez más bajos de competitividad: según “The Travel & Tourism Competitiveness Reports” (2011 y 2013) (World Economic Forum), Venezuela se ubicó en el 2009 en a posición No. 104 de 139 países considerados, bajó  al puesto 106 durante los años 2010, 2011 y 2012; y aún más abajo (113) en el 2013. No obstante, Venezuela figura en la posición No. 9 por la competitividad de sus “Recursos Naturales” y No. 1 en “Áreas Protegidas”; También No.1 en el precio más bajo del combustible.

Por otra parte, el turismo  es una de las actividades económicas con mayor potencial para redistribuir de manera efectiva el ingreso, en la medida de su capacidad para encontrar  un equilibrio entre las áreas más desarrolladas y las más pobres de un determinado territorio o destino turístico. Sin embargo, sobre todo en modalidades de turismo masivo sin criterios de sustentabilidad, la retención neta del gasto turístico varía considerablemente de un destino a otro, evidenciando que no todos son capaces de aprovechar las oportunidades que la actividad turística ofrece a partir de la integración con otros sectores en el ámbito local (Sharpley, 2002),

Entonces podemos afirmar que los hidrocarburos y los potenciales más importantes para el desarrollo del turismo están localizados en dos territorios muy diferentes, y a groso modo cada uno representa cerca del 50% del territorio nacional. Además, están casi que perfecta y naturalmente delimitados por el curso del río Orinoco. Esta dicotomía, podríamos decir, es un fenómeno que, de esa manera, distingue un tanto a Venezuela de entre otros países ricos en hidrocarburos que explotan hidrocarburos en territorios que compiten con el desarrollo del turismo, particularmente el turismo de naturaleza.

Este trabajo que hoy presentamos se inscribe dentro de un esfuerzo de investigación, desarrollo e intervención que hemos venido desarrollando desde hace varios años y que se propone explorar las posibilidades de complementación entre estos dos sectores. Es decir, la manera en que se puede diseñar una estrategia de desarrollo que facilite la integración coherente y de suma positiva entre la explotación del petróleo y otros hidrocarburos que muy difícilmente Venezuela abandonaría y las actividades relacionadas con el turismo de naturaleza, particularmente en la región oriental y sur de Venezuela; en donde están la mayores reservas probadas de petróleo pesado y extrapesado  del mundo, en la margen izquierda del río Orinoco, y el mayor potencial de desarrollo del turismo de naturaleza y con criterios de sustentabilidad, en la margen derecha.

¿Cómo y para qué un modelo de medición de la competitividad en turismo?

Partimos de una idea básica: la construcción de un tejido productivo y de servicios integrado es la clave de un desarrollo sostenible y explica en gran medida la vulnerabilidad ante los dramáticos ciclos de altas y bajas en los preciso del petróleo, en países como Venezuela. Sobre estos aspectos hemos trabajado abundantemente y precisado la compleja trama de causas y consecuencias que ha enfrentado Venezuela (Pirela et al 2000 y 2003, y Pirela 2006). Trabajos anteriores cuyo centro de atención son las cadenas de valor relacionadas con los hidrocarburos.

Del mismo modo, la clave del desarrollo de la actividad turística es la complementariedad entre recursos y actividades que va mucho más allá de las estricta y directamente involucradas en la atención a los turistas. Además, esa complementariedad que puede ser tangible o intangible,  es proporcionada por redes formales e informales de actores. Pero para estudiarlas y medirlas es necesario, en este caso, poner el énfasis sobre las empresas implicadas en la prestación de servicios turísticos, incluso en la producción de bienes que van directamente destinados a satisfacer las inquietudes de los turistas. Para evaluar cómo la formación de redes de empresas intensifica las complementariedades, permitiendo a los destinos turísticos ofrecer un producto turístico más integrado y por consiguiente construir su ventaja competitiva, como bien lo expresa Sáez, C. A. (2009), en su trabajo sobre Micro-Clúster Turísticos en zonas rurales deprimidas.

Cuando se estudia cómo está compuesto el tejido productivo del turismo de un destino, es imprescindible analizar las relaciones de cooperación y competencia que se establecen entre un gran número de proveedores y compradores. Por mucho, son estas interacciones las que determinan el nivel de integración entre las empresas de economías turísticas y por consiguiente los impactos de estas sobre el desarrollo sostenible de los destinos.

Un enfoque que resulta muy útil para el estudio del tejido productivo, lo encontramos en el concepto de clúster, elaborado inicialmente por Michael Porter en términos de “Un grupo geográficamente próximo de compañías interconectadas e instituciones asociadas, en un campo particular, vinculadas por características comunes y complementarias. Incluyendo compañías de productos finales o servicios, proveedores, instituciones financieras y empresas en industrias conexas” (Porter 1991). Estos postulados han alcanzado ya un gran nivel de desarrollo por muchos autores, aplicados a casi todos los sectores y actividades productivas y de servicios 5.

También echamos manos de estos conceptos cuando adelantamos una amplia gama de trabajos en diversos sectores 6 (Pirela, Rengifo, Arvanitis y Mercado 1993; Pirela 1993), y particularmente en relación con la industria petrolera, petroquímica, química y de procesos en general sobre el cual logramos un alto nivel de desarrollo conceptual, así como de desarrollo de herramientas empíricas de medición 7 (Pirela et al 2000 y 2005)  incluso de simulación de decisiones 8 que debemos considerar como una de las bases y antecedente de este trabajo sobre el sector turismo.

También hay muchas otras experiencias muy útiles de que echar mano, pues en años recientes se ha iniciado un movimiento que favorece el establecimiento de clúster turísticos, convirtiéndose en una herramienta para la planificación y el desarrollo del sector, además de un objeto de estudio o investigación 9. Por otra parte, han crecido desde hace un par de décadas numerosas iniciativas individuales y colectivas a lo largo de la cadena de valor turística, que se proponen corregir las abundantes evidencias de que las actividades turísticas pueden contribuir a la degradación no solamente de los sitios visitados pero también de las condiciones de vida de la población local, por tanto se proponen orientar la actividad turística hacia formas de desarrollo sustentable. 

Si un destino turístico es en esencia un sistema de actores que cooperan y compiten entre sí, para ofertar productos turísticos integrados, se hace entonces necesario plantear estrategias de desarrollo local, con una visión más allá de la comercialización como tradicionalmente se ha venido haciendo.  Es imprescindible estimular la conformación de redes y la creación de clúster turísticos (tanto micro como macro-clusters) en tanto que vía para desarrollar un tejido productivo integrado, con capacidad para innovar y ser competitivo al mismo tiempo que cooperativos (Pirela 2009) 10.

La importancia de estudiar el tejido productivo en un determinado destino turístico cualquiera, requiere del diseño de un instrumento capaz de medir con cierta rigurosidad los diferentes componentes del mismo; como una manera de compartir información que favorece al destino como un todo. Son estos los factores que nos llevaron a plantearnos la transferencia y adaptación para el sector turismo de una experiencia de medición para la conformación de clusters en el sector de proveedores de la industria petrolera (Pirela et al, 2000, 2003 y Pirela 2006).

En este caso el punto de partida son los conceptos generalmente aceptados sobre sustentabilidad o sostenibilidad que procuran un equilibrio entre tres grande dimensiones estrechamente relacionadas: económica, social y ambiental 11. Pero es bueno aclarar que no es nuestra intensión, en este nivel de desarrollo del trabajo, pasar a la fase de prueba del instrumento o de desarrollo empírico.

Definición de los indicadores

Es importante señalar que hacemos un esfuerzo de operativización del concepto general de sustentabilidad para poner en juego, de la manera más amplia, un conjunto de variables que cruzan las líneas que separan las tres dimensiones (económica, social y ambiental) y se hacen efectivamente transversales. Al punto que no hacemos explícita la noción de sustentabilidad en la denominación de los indicadores sino que hablamos de Integración del Tejido Productivo. Se trata de un enfoque se sistema y damos nombre a los indicadores que puedan ser más amigables para el manejo de empresarios y gerentes de las instituciones que prestan servicio al turista.

En consecuencia, para hacer la más fiel representación de la complejidad del tejido productivo del turismo en un sitio como Ciudad Bolívar, el caso de estudio, desarrollamos esta estructura de indicadores que se divide en tres (3) principales o de primer nivel, a los cuales denominamos “Condiciones socio-educativas y culturales”, “Gestión ambiental y desarrollo” y “Gestión de productos y servicios turísticos” que en términos generales cada una hace un mayor énfasis en los aspectos Sociales, Ambientales y Económicos, respectivamente. Pero insistimos, es un asunto de énfasis no de variables distintas. Entonces en cada una de las tres hay aspectos directamente relacionados con las otras dos dimensiones.

Los indicadores de primer nivel formulados en correspondencia con cada dimensión antes mencionada, pueden leerse también de manera independiente pero eso no elude que intrínsecamente son complementarios, es decir, cada uno es capaz de medir los aspectos que le son propios, sobre la base de los énfasis correspondientes, y al mismo tiempo dar cuenta de las relaciones con las otras dimensiones. Sin embargo por si solos no serían capaces de medir con precisión el nivel de integración del tejido productivo del turismo, y es allí donde la complementariedad tiene una gran utilidad. 

Hay que aclarar que de manera deliberada eludimos considerar rentabilidad o retorno de las inversiones. No sólo porque ella tiene una metodología económica absolutamente clara y definida, sino además que asumimos que esta debe ser independiente, es decir: un factor necesario o dado para que se haga la inversión y para mantener en operación la empresa o negocio, incluso si es de propiedad pública. Esto además nos permite eludir las dificultades a la hora de obtener información confiable sobre este asunto.

Así construimos un árbol de indicadores con variables interrelacionadas, donde  cada indicador de primer nivel se subdivide en varios indicadores de segundo nivel, y estos a su vez en otros de tercer nivel, conformándose de la siguiente manera:

  • Tres (3) indicadores de primer nivel;
  • Dieciséis (16) indicadores de segundo nivel;
  • Cincuenta y seis (56) indicadores de tercer nivel

Los indicadores están organizados en forma jerárquica, lo que permite que los resultados puedan ser analizados con diferentes niveles de agregación. Y en cuanto al cálculo o procesamiento, ya definido el árbol de indicadores y la estructura de las ponderaciones, se ejecuta el cálculo comenzando por las variables con sus ponderaciones asignadas. Una vez hecho el cálculo para las variables que forman parte de cada indicador de nivel superior, este valor se obtiene de la suma de las ponderaciones correspondientes y dividida por el máximo valor que es posible alcanzar. Esta proporción o porcentaje indica la situación de la empresa en ese aspecto particular. El procedimiento se repite para calcular los indicadores de ese nivel y los de orden superior. Finalmente obtendremos un valor que sintetiza la conducta más general de la empresa en relación con los criterios de experto sobre el tema de turismo y desarrollo sustentable.

El primer cuadro (Fig. 1) presenta el primer y segundo nivel de la estructura de indicadores propuestos, y en las siguientes figuras se muestran el segundo y tercer nivel respectivamente.

A continuación  se presenta cada una de estas estructuras o árboles de indicadores:

Fig. 1: indicadores para evaluar el tejido productivo del turismo en un destino

Indicadores de primer nivel

  1. Condiciones socio-educativas y culturales: las diferentes formas de organización que intervienen en la prestación de servicios turísticos (empresas privadas, cooperativas, empresas públicas, empresas de producción social EPS, comunidades organizadas) deben adoptar las mejores prácticas tendientes a fomentar la inclusión social, la sensibilización ambiental, la formación del recurso humano y el compromiso social. De esta forma se pueden desarrollar capacidades para ser más competitivos.
    Esas prácticas y conductas son el reflejo de los valores transmitidos a través de la educación, en un contexto cultural determinado. De allí la enorme importancia que tienen para el estudio del tejido productivo. En este sentido los aportes de la sociología y la antropología constituyen una valiosa contribución para explicar los fenómenos generados por la  diversidad cultural y el pluriculturalismo en el marco de los intercambios generados por la actividad turística, entre diferentes grupos humanos que enriquecen a los individuos y por ende a las organizaciones. (Jiménez y Mujica 2006).
    Este indicador hace énfasis o se enfoca más en medir como inciden los factores relativos a la educación, la cultura y los valores en el nivel de integración del tejido productivo de un destino turístico.
    -
  2. Gestión ambiental y desarrollo: es imprescindible vincular la conservación de los recursos naturales y culturales con una gestión compartida del territorio, esto permite alcanzar altos niveles de compromiso y cohesión por parte de los actores involucrados en el desarrollo de la actividad turística. Potenciando su desempeño.
    Desde la publicación del famoso informe Brundtland (12) en 1987, donde se define por vez primera el término desarrollo sostenible como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones” la humanidad ha centrado esfuerzos por alcanzar un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de los recursos naturales, pero a pesar de estos esfuerzos y del evidente cambio de paradigma en la visión del desarrollo, alcanzada  después de la Cumbre de Río en 1992. Es muy evidente que los esfuerzos han mostrado resultados poco alentadores y de ello dan cuenta todos los problemas originados por el llamado cambio climático, que se acentúan cada vez más.
    No es posible alcanzar un verdadero desarrollo sino existe una gestión de los recursos naturales y culturales compartida, con la implicación de todos los actores, es fundamental que cada actor asuma con conciencia su responsabilidad en la conservación del medioambiente y en consecuencia alcanzar un desarrollo sostenible.
    Este indicador hacen énfasis en la medición de los factores más relevantes de la sostenibilidad social y ambiental y su incidencia en el nivel de integración del tejido productivo del turismo.
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  3. Gestión de productos y servicios turísticos: es tan importante la sostenibilidad social y ambiental como fundamental garantizar la rentabilidad económica. Pero para esta última es un factor clave la forma como se comercializan los productos y servicios, en la medida que se desarrollen redes bajo el enfoque de clúster turísticos se tendrá un tejido productivo más integrado con capacidad de generar estrategias frente a los cambios y la competencia y consecuencialmente aportando estabilidad económica a la empresa.
    Las interdependencias entre las organizaciones son el elemento vital, vínculos con proveedores, clientes y negocios complementarios, sin olvidar aquéllas con el resto de actores e instituciones, Universidades, centros de investigación, agencias estatales, esta formación se sustenta sobre valores sociales que fomentan la confianza y la reciprocidad. Y es en esta que se entablan los valores de cooperación y competencia. (Sáez 2009).
    La estrategia que ha demostrado un mayor éxito en décadas recientes es la conformación de redes turísticas y  microclúster, dejando claro que las complementariedades y el aprendizaje compartido son sus mayores fortalezas, y que se generan en la dinámica de co-ompetencia 13

Indicadores de segundo nivel del indicador condiciones socio-educativas y culturales

Condiciones socio-educativas y culturales (Fig. 2) mide el conjunto de actividades desplegadas por la organización, susceptibles de generar las condiciones para el óptimo desarrollo de una cultura de la sostenibilidad. Este indicador se desagrega en cinco (5) indicadores de segundo nivel:

  • 1.1. Acceso laboral con equidad e inclusión social: Es un factor clave cuando se analizan las condiciones socio-educativas y culturales. Medir como es el acceso de las mujeres, los indígenas, los discapacitados y otras minorías a los puestos de trabajo en el sector turismo.  
  • 1.2. Exigencias de formación: el turismo es una actividad del sector servicios, que demanda mucha mano de obra. La preparación del recurso humano es fundamental.  De allí la importancia de evaluar los niveles de requerimientos en formación, que un determinado destino le exige al personal que labora en el sector.
  • 1.3. Apoyo a actividades de sensibilización ambiental: En la medida que una empresa u organización vinculada directa o indirectamente a la actividad turística, se compromete con actividades de sensibilización ambiental, se orienta al desarrollo sostenible de la actividad.
  • 1.4. Sistematización de actividades: busca evaluar la organización en lo referente al desarrollo de sus actividades, tanto en lo referente a los aspectos administrativos como a los servicios que ofrece.
  • 1.5. Nivel del compromiso social: Valorar el compromiso social de la organización es indispensable para comprender las dinámicas que se generan entre empresas - comunidades y como estas influyen en el desarrollo local.

Indicadores de tercer nivel del indicador condiciones socio-educativas y culturales 

    • 1.1.1. Acceso de la población indígena al mercado laboral: mide el nivel de acceso de los miembros de pueblos originarios al mercado laboral del sector turismo
    • 1.1.2. Acceso de la población con discapacitada al mercado laboral: mide el nivel de acceso de las personas con discapacidad al mercado laboral
    • 1.1.3. Acceso de la población criolla y otras al mercado laboral: mide el nivel de acceso de la población autóctona y otras
    • 1.2.1. Cantidad de empleados con educación básica: mide el número de empleados con formación en los seis (6) primeros años de escolaridad primaria.
    • 1.2.2. Cantidad de empleados con educación media: mide el número de empleados con formación hasta los cinco (5) años de escolaridad secundaria
    • 1.2.3. Cantidad de empleados con educación universitaria: mide el número de empleados con formación a nivel de Técnico Superior Universitario, estudios de tres (3) años y a nivel de licenciatura o ingenierías, estudios de cinco (5) años. 
    • 1.2.4. Cantidad de empleados que estudian o han estudiado en una misión: mide la cantidad de empleados con formación en alguna de las misiones educativas, creadas por el Gobierno Nacional.
    • 1.3.1. Organización de talleres de concienciación social y ambiental: se trata de medir porcentaje de organizaciones comprometidas con la gestión social y ambiental.
    • 1.4.1. Actividades basadas en manuales, normas y procedimientos: mide el porcentaje de organizaciones que establecen el desarrollo de sus actividades en manuales y reglamentos.
    • 1.5.1. Actividades enmarcadas en la responsabilidad social empresarial: mide porcentaje de organizaciones que desarrollan actividades en concordancia con la responsabilidad social empresarial.
    • 1.5.2. Vinculaciones con la comunidad donde se asienta: busca medir el porcentaje de organizaciones que establecen vínculos con las comunidades.
    • 1.5.3. Anclaje territorial de la empresa: busca determinar en qué medida las organizaciones se identifican con los valores del territorio donde actúan.

Fig. 2: cuadro de indicadores para evaluar el tejido productivo del turismo en un destino

Indicadores de segundo nivel del indicador gestión ambiental y desarrollo

Gestión ambiental y desarrollo (Fig. 3) mide el conjunto de prácticas y mecanismos implementados y desarrollados por las organizaciones para alcanzar un adecuado equilibrio entre la gestión del medio ambiente y el desarrollo de un determinado territorio. Este indicador se desagrega en siete (7) indicadores de segundo nivel:

  • 2.1. Sistema de gestión y evaluación de las operaciones: mide la capacidad de una organización en evaluar los impactos potenciales o reales de sus actividades frente al medioambiente. Considerando desde la capacitación de su personal hasta el establecimiento de mecanismos idóneos para la gestión.
  • 2.2. Desarrollo y gestión territorial compartida: El desarrollo de un determinado territorio, no se puede alcanzar sin una implicación de los actores claves que hacen vida en este. Por esa razón se trata de evaluar las dinámicas que se generan en la gestión de un territorio y su incidencia sobre el desarrollo.
  • 2.3. Mecanismos de incorporación al tejido productivo: mide las oportunidades de acceso al mercado, que se les brindan a los pequeños emprendimientos para comercializar sus productos
  • 2.4. Respeto a la equidad e inclusión de las minorías: se trata de valorar la equidad y la inclusión como referentes del desarrollo
  • 2.5. Nivel de anclaje territorial: en la medida que las organizaciones se identifican con el conjunto de elementos y valores locales e  incorporan una parte de estos en sus operaciones podemos decir que su nivel de pertenencia con el territorio donde se asienta es mayor o menor.   
  • 2.6. Adopción de buenas prácticas ambientales: mide el conjunto de prácticas que adopta una organización para proteger el ambiente 
  • 2.7. Preservación de la biodiversidad: Mide el nivel de interés y compromiso de las organizaciones en la preservación de la naturaleza.

Indicadores de tercer nivel del indicador gestión ambiental y desarrollo.

    • 2.1.1. Mecanismos que contribuyen a la sostenibilidad: se refiere a los instrumentos que favorecen la sostenibilidad socio-económica, social y ambiental.
    • 2.1.2. Aspectos claves de la sostenibilidad en las operaciones: evalúa los factores más importantes que inciden en la sostenibilidad de las operaciones de una organización.
    • 2.1.3. Capacitación integral del personal: se refiere al compromiso de la organización en la capacitación de su personal en temas ambientales
    • 2.1.4. Evaluación de impacto de las operaciones: mide el impacto que ocasionan el desarrollo de actividades de las organizaciones, sobre el entorno natural y cultural.
    • 2.1.5. Nivel de afectación sobre el suministro de servicios básicos: verifica de qué forma las operaciones de las organizaciones afectan el suministro de servicios básicos
    • 2.2.1. Grado de concordancia entre los derechos de uso y el marco legal: Verifica el nivel de correspondencia entre las leyes y los derechos sobre, propiedades y territorios.  
    • 2.2.2. Desarrollo de actividades con respeto a los pueblos indígenas: evalúa si las actividades desplegadas por la organización se realizan respetando la cultura y forma de vida de las comunidades indígenas.
    • 2.3.1. Oferta de productos y servicios por parte de los pequeños empresarios: intenta medir la cantidad de productos y servicios que ofrecen los pequeños emprendimientos turísticos.
    • 2.4.1. Controles para evitar la explotación laboral y sexual: es importante verificar como las organizaciones establecen regulaciones para impedir prácticas que sometan a sus empleados a explotación.
      2.4.2. Igualdad en el acceso laboral de las minorías: es un factor que mide el nivel de compromiso social de una organización.
    • 2.5.1. Vinculación con la protección del patrimonio local: cómo asume responsabilidades una organización en el resguardo de los elementos que conforman parte de la identidad local 
    • 2.5.2. Incorporación de elementos locales en sus operaciones: en qué medida una organización asocia elementos del territorio donde se asienta, en las actividades.  
    • 2.6.1. Adquisición de productos inocuos al medioambiente: en qué medida la organización se provee de productos para el desarrollo de sus actividades, que no perjudican al medioambiente.
    • 2.6.2 Medición consumo de energía: verifica si la organización lleva los registros de consumo de energía en el desempeño de sus operaciones.
    • 2.6.3. Uso de energías renovables: mide la utilización de fuentes de energía renovables
    • 2.6.4. Medición de consumo de agua: verifica si la organización lleva los registros de consumo de agua en el desempeño de sus operaciones.
    • 2.6.5. Medición de gases de efecto invernadero: verifica si la organización realiza mediciones de las emisiones de los gases que ocasionan daños a la capa de ozono.
    • 2.6.6. Sensibilizan a turistas para contrarrestar emisiones de carbono: práctica que refleja en qué medida la organización contribuye a fomentar la conciencia ambiental.
    • 2.6.7. Tratamiento de aguas servidas: verifica si la organización transforma las aguas residuales.
    • 2.6.8. Planes para el manejo de desechos sólidos: verifica la existencia de procedimientos establecidos para la gestión de residuos sólidos.
    • 2.6.9. Reducción del uso de sustancias dañinas: mide las reducciones de los niveles de sustancias dañinas producto de sus actividades.
    • 2.6.10. Mitigación del cambio climático: se refiere al conjunto de prácticas que contribuyen a disminuir los impactos del cambio climático.
    • 2.7.1. Aportes a la conservación de la biodiversidad: da cuenta de las contribuciones de la organización para preservar la biodiversidad.
    • 2.7.2. Grado de compromiso con la protección de la biodiversidad: mide el nivel implicación de la organización en la defensa de la biodiversidad.

Fig. 3: indicadores para evaluar el tejido productivo del turismo en un destino

Indicadores de segundo nivel del indicador gestión de productos y servicios turísticos

Gestión de productos y servicios turísticos (Fig. 4) mide la cantidad y tipos de  los productos y servicios que conforman un destino turístico, considerando también los canales de comercialización de la organización y las vinculaciones comerciales. Este indicador se desagrega en cuatro (4) indicadores de segundo nivel:

  • 3.1. Diversidad de productos y servicios: mide la variedad de los productos y servicios turísticos disponibles. 
  • 3.2. Capacidad de los servicios: mide la capacidad de los servicios disponibles
  • 3.3. Canales de comunicación del destino: define los medios a través de los cuales un destino llega a su mercado objetivo.
  • 3.4. Red de vinculaciones comerciales: define el conjunto de relaciones comerciales que se establecen entre los actores del turismo.

Indicadores de tercer nivel del indicador gestión de productos y servicios turísticos.

    • 3.1.1. Tipos de alojamiento: hace referencia tanto a las características estructurales como a la categoría asignada al establecimiento.
    • 3.1.2.  Tipos de servicios en alimentos y bebidas: verifica las diferentes clases de establecimientos en este renglón.
    • 3.1.3. Tipos de servicios en transporte: hace mención de las diferentes opciones de transporte 
    • 3.1.4. Agencias de viajes: se incluyen todas desde las pequeñas hasta las más grandes
    • 3.1.5. Tipos de servicios culturales: se refiere al conjunto de actividades que se ofrecen para el enriquecimiento cultural de los turistas.
    • 3.1.6. Tipos de servicios de recreación y esparcimiento: se refiere al conjunto de actividades disponibles para el entretenimiento y disfrute de los turistas.
    • 3.2.1.Cantidad y calidad del alojamiento: cuantifica y refleja la calidad del alojamiento
    • 3.2.2. Cantidad de los servicios de alimentos y bebidas: cuantifica la oferta de restauración.
    • 3.2.3. Cantidad de los servicios de transporte: cuantifica la oferta del transporte turístico.
    • 3.2.4. Cantidad de las agencias de viajes: cuantifica la multiplicidad de  agencias de viajes.
    • 3.2.5. Cantidad de los servicios culturales: cuantifica la diversidad de la oferta cultural.
    • 3.2.6. Cantidad de los servicios de recreación y esparcimiento: cuantifica la variedad de la oferta de recreación y  esparcimiento.
    • 3.3.1. Medios impresos: están representados por los periódicos, las revistas, las guías, los folletos etc.
    • 3.3.2. Medios audiovisuales: representados por la radio y la televisión
    • 3.3.3. Internet web 2.0: son las nuevas formas de comunicación masiva representadas por las redes sociales del espacio virtual.
    • 3.3.4. Presencia en ferias internacionales: representan una forma de posicionar un destino turístico más allá de sus fronteras nacionales.
    • 3.4.1. Bienes y servicios demandados: cantidad de productos y servicios requeridos para las operaciones de la organización.
    • 3.4.2. Principales proveedores: identifica los más importantes distribuidores.
    • 3.4.3. Fabricantes o distribuidores: determina si el proveedor es fabricante del bien / servicio o solo distribuye.
    • 3.4.4. Localización: se refiere a la ubicación geográfica

Fig. 4: indicadores para evaluar el tejido productivo del turismo en un destino

Reflexiones finales

Hay muchos sistemas de indicadores de competitividad, todos de alguna manera en línea con los conceptos del gran acuñador del término: Michael Porter. Los hay de carácter internacional, con metodologías destinadas a medir la competitividad de unas naciones con relación a otras. Otros son de carácter nacional y están destinados a medir la competividad de unas empresas o sectores con relación a otras u otros, o entre regiones de un mismo país. Todos están compuestos por diversas mediciones de productividad que son obviamente de gran importancia, cuyo origen y carácter es numérico, junto a otras variables más subjetivas o complejas de considerar y por tanto de medir: algunas variables apuntan a los aspectos internos de la empresa, la innovación y la capacidad innovadora es siempre un paquete muy amplio de aspecto claves que monitorear, y otras ponen el ojo sobre el contexto sectorial o la dimensión territorial y el marco institucional correspondiente; incluso ya se hacen intentos por integrar muchos de los más complejos y controversiales aspectos relacionados con las dimensiones ambientales y sociales o las políticas que favorecerían la sostenibilidad de los procesos de desarrollo económico nacional, regional o local.

The Global Competitiveness Report (World Economic Forum) está entre los más complejos y conocidos sistemas compuestos de indicadores para un benchmarking de pretensiones globales, y se autodefine como: “El conjunto de factores, políticas e instituciones que determinan el nivel de competitividad de un país, tomando en cuenta su nivel de desarrollo”. Es un sistema gigantesco y muy complejo que involucra a más de 160 instituciones alrededor del mundo, que combina en su última edición 2013-2014 un “survey” a 15.000 ejecutivos de negocio, con los datos provenientes de más de 5.600 organizaciones internacionales.

Mientras tanto, un número cada vez mayor de países, como parte de sus inquietudes frente a la necesidad de generar políticas que favorezcan la estabilidad de sus economías, han desarrollado sus propios sistemas de medición de la competitividad, en muchos casos con el respaldo de prestigiosas instituciones académicas; o vinculados con organizaciones internacionales a las cuales pertenecen, como la OECD u otras.  En esta categoría quisiéramos destacar los sistemas de indicadores en dónde la variable local entra en juego de manera sustantiva, en la medida que intenta medir la potencia competitiva de un territorio local delimitado, prestando atención a los “cluster” particulares que “hacen vida”, por decirlo de alguna manera, en ese territorio. Cabe reseñar el “Harvard Cluster Mapping Proyect”, liderado por el propio Michael Porter y cuyo equipo de investigación está todavía en etapa de desarrollo de un “website”, a la fecha de terminar este artículo todavía en versión “alpha”, y titulada: “US Cluster Mapping” 14

En la materia específica de indicadores de desarrollo sostenible (Schuschny & Soto, 2009, p17-19) 15 identifican cuatro tipos distintos de indicadores de la categoría que denominan “compuestos” 16 : 1) indicadores basados exclusivamente en las ciencias naturales, o que agregan directamente mediciones físicas sobre distintos medios o sustratos naturales; 2) indicadores de desempeño de políticas, que se refieren a “estándares regulatorios”, como los “límites a las emisiones” y muchos otros; 3) indicadores basados en criterios contables, en dónde la agregación se realiza con “imputaciones monetarias a variables que no son usualmente cuantificadas en términos monetarios”, por ejemplo las llamadas “huellas” que son “índices de requerimiento de materiales”; y 4) indicadores sinópticos,  que “se construyen a partir de la agregación ponderada bajo cierto criterio, de la información que se considera relevante sobre el tema a describir”. En está última categoría o tipo de indicadores incluyen como ejemplos al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, así como el Índice de Sostenibilidad Ambiental o el Índice de Desempeño ambiental desarrollado en la Universidad de Yale.

Finalmente, hay varios sistemas de indicadores de competitividad desarrollados para responder a las especificidades del sector turismo. Ya hicimos referencia al “Travel & Tourism Competitiveness Reports” desarrollado por el World Economic Forum, que es obviamente de carácter internacional. Pero hay también sistemas que apuntan a la comparación entre regiones o provincias de un país, como MoniTUR, que en el 2009 inició su camino para, con una perspectiva empresarial, “... ponderar la posición turística competitiva y relativa de las diversas Comunidades Autónomas españolas17. También en América latina, particularmente en el mundo académico hay algunos llamados para que el estado se ocupe  del asunto, como por ejemplo en México, con la perspectiva de un benchmarking para el seguimiento de la sustentabilidad de la actividad turística y su impacto en el desarrollo local (González T., Lucía, 2010) 18

Nuestra aproximación en este artículo es el de presentar una metodología para la medición del desarrollo sustentable y la competitividad, o del desarrollo de la competitividad sustentable, en un destino turístico local. Es un intento por combinar los aspectos relacionados con la competitividad empresarial, que en general calzaría en la categoría que denomina CEPAL como “indicadores sinópticos de desarrollo sostenible”, es decir como agregación de variables; especificando que en nuestro caso la ponderación (o el peso específico de cada variable y sub-indicador del árbol general de indicadores) se completa sobre la base de criterios de expertos en turismo sustentable. Es entonces un sistema de indicadores sobre elementos esenciales de la gestión competitiva de empresas que operan bajo esquemas de desarrollo sustentable, con una validez exclusivamente sectorial, específicamente para el sector turismo; y con un fuerte anclaje en la visión compartida por todos los actores respecto al destino turístico.  Es decir, con la mira puesta en el fortalecimiento de una visión de cluster que favorezca la competitividad de cada unidad empresarial al mismo tiempo que construye mecanismos de cooperación para una gestión sustentable del desarrollo del territorio con su patrimonio natural y cultural.

Por otra parte, apuntamos no sólo a objetivos de medición y comparación, o  benchmarking, sino que se propone como un sistema que facilita el aprendizaje compartido entre los participantes que voluntariamente incorporan su información al sistema. Es obviamente un esquema de red social que promueve la utilización de estas herramientas TIC’s entre operadores turísticos privados o comunitarios que normalmente son bastante pequeños y carecen del músculo suficiente para tener acceso a  mecanismos de comparación o de certificación internacional.

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1 Consultor-Investigador, Laboratorio de Innovación y Aprendizaje (LIA), Venezuela, diplomatico9@yahoo.es
2 Profesor Titular (Emérito) Universidad Central de Venezuela (UCV-CENDES), Presidente del Laboratorio de Innovación y Aprendizaje (LIA); Venezuela, arnoldo.pirela@gmail.com
3 Corden, W.M. & Neary, J.P. (1982), Booming Sector and Des-industrialisation in a Small Open Economy, Economic Journal 92, pp. 825-848. Y Corden, W.M. (1984), Booming sector and Dutch Desease Economics : Survey and Consolidation, Oxford Economic Papers 36, pp. 359-380.
4 Para más detalles y elementos críticos al respecto, ver: PIRELA, A, (2010),  Gelb, A. et al (1988) ; Sachs, Jeffrey (1995) ; Berry, Albert (2008) y Thorp, Rosemary (2009)
5 Christian H. M. Ketels “The Development of the cluster concept – present experiences and further developments”, Harvard Business School. Prepared for NRW conference on clusters, Duisburg, Germany, 5 Dec 2003
6 Pirela, A., Rengifo, R., Arvanitis, R. y Mercado, A.: "Technological Learning and Entrepreneurial Behaviour: A Taxonomy of the Chemical Industry in Venezuela",  Research Policy, 22, Holanda, 1993, 431-453. ( Premio del CONICIT al "Mejor Trabajo Científico" en el área de ciencias económicas y sociales, 1994.). Pirela, Arnoldo, "Polar: Collaboration between public and private institutions", Biotechnology and Development Monitor, No. 23, Estados Unidos, Sept. 1997.
7 Pirela, Arnoldo, "Entrepreneurial Behaviour and Institutional Change: On The Dynamics of Building Industry Alliances in Oil Driven Economies", SCIENCE, TECHNOLOGY & SOCIETY journal Vol. 12, number 1, Jan- June 2007. Pirela, Arnoldo y Abreu,
Oswaldo, “Confidencialidad y competitividad: benchmarking y cultura de la información entre proveedores de PDVSA” ESPACIOS, Vol. 26 (Especial). Pág. 23, Caracas, 2005. Pirela, Arnoldo,  “En búsqueda de la competitividad en las empresas y sectores conexos a la industria petrolera y petroquímica: A modo de presentación” Número especial de la Revista ESPACIOS, Vol. 21, No.3, Caracas, 2000
8 SIMULADOR 3.1. y 3.2. Software de Benchmarking original, desarrollado por nuestro equipo del LIA y registrado en SARPI. Permite hacer un “rankeo” y  comparaciones desagregadas en todos los niveles del Indicador de Competitividad Estratégica y simulación de decisiones desarrollado para el sector de proveedores de la Industria petrolera.
9 Ver, entre otros: Rodríguez Domínguez, M.M, “La Creación de Clusters Turísticos Como Instrumento para la Mejora Competitiva de los Destinos: Una Aplicación a las Rías Bajas Gallegas”, Investigaciones Europeas  de Dirección y Economía de la Empresa Vol. 7, N" 3,2001, pp 119-138.
10 Pirela, Arnoldo, “Emprendedores y Cambio Institucional”, Ingeniería Industrial., Actualidad y Nuevas Tendencias, Año 1, Vol. I, No. 1, ISSN: 1856-8327, Valencia, Venezuela, 2009.
11 Incluye los conceptos básicos expuestos por diversos estudios y resoluciones de Naciones Unidas, UNESCO y otros.
12 En inglés “Our common future” Informe elaborado en el seno de Comisión Mundial de Medioambiente y Desarrollo, presidida por la Dra. Gro Harlem Brundtland.
13 Concepto que hace referencia a la estrategia empresarial que combina competencia y cooperación entre actores de un mismo mercado. El modelo coompetitivo está basado en la teoría de los juegos, en un juego que no suma cero. Ver, entre otros: Adam Brandenburger, Barry Nalebuff 1996 Co-opetition : A Revolution Mindset That Combines Competition and Cooperation
14 http://www.clustermapping.us/
15 SCHUSCHNY, Andrés y  SOTO, Humberto, 2009, “Guía metodológica Diseño de indicadores compuestos de desarrollo sostenible”, CEPAL-UN, Santiago de Chile.
16 “Un indicador compuesto es una representación simplificada que busca resumir un concepto multidimensional en un índice simple (unidimensional) con base en un modelo conceptual subyacente. Puede ser de carácter cuantitativo o cualitativo según los requerimientos del analista.” Ídem, Pág. 13.
17 http://www.exceltur.org/excel01/contenido/portal/files/informe_monitur2010.pdf
18 http://topofilia.net/tesis-doc-torreros.pdf


Vol. 35 (Nº 1) Año 2014
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