I. La Política Científica y Tecnología y La Cooperación Internacional
Algunos historiadores y estudiosos de la ciencia y tecnología coinciden en señalar que el campo de las políticas públicas de ciencia y tecnología se expandió a partir de la segunda guerra mundial y se inspiro en el modelo propuesto por Vannevar Bush en el documento “Ciencia, la Frontera infinita ” (Mario Albornoz, 2002).
Durante el periodo comprendido entre la primera y segunda guerra mundial, la relación directa de los gobiernos con la comunidad científica se evidenciaba cuando orientaban, a través del financiamiento a proyectos, el focus de la investigación en proveer tecnología para el área militar, comunicaciones y necesidades médicas (innovaciones quirúrgicas, e.g.). En ese periodo las capacidades de la ciencia y la tecnología fueron ampliamente reconocidas por el uso de productos químicos, aviones, armas mecanizadas y otras aplicaciones tecnológicas usadas, principalmente durante la segunda guerra mundial. Y fue a partir de esta guerra mundial, cuando se empezó a producir un consenso acerca de la necesidad de promover una política científica y tecnología destinada al desarrollo de los países.
Como parte de este proceso de transformación, el impulso de estas políticas se han derivado de los gobiernos nacionales de Estados Unidos y Europa, pues estos países estaban conscientes de los efectos que para el desarrollo de los países tenía que acumular capital científico y tecnológico, y a su vez debían atender las crecientes demandas de apoyo y financiación de los científicos (Elzinga y Jamison 1995).
En el caso de Iberoamérica, los primeros esfuerzos sistemáticos para institucionalizar la política científica y tecnológica se dieron a partir de los decenios de los cincuenta y sesenta. El desarrollo de infraestructuras científicas estuvo acompañado por estímulos provenientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Por otro lado, los EE.UU de Norteamérica después de haber utilizado la energía nuclear en las bombas que arrojaron sobre Hirochima y Nagasaki, impulsaron programas como el del Átomo para la Paz, dando origen a la instalación del primer reactor nuclear de experimentación en Iberoamericana (1955), en lo que es hoy el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), que con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) de Argentina (1950), se convierten entre los primeros organismos iberoamericanos en realizar investigaciones de energía nuclear en la región.
El proceso de institucionalización de política y promoción de la ciencia y tecnología en Iberoamérica se potencia con la creación de consejos nacionales de investigación científica y tecnológica, encargados de coordinar los esfuerzos nacionales en esa materia. Casi todos los países de la región fundaron estos consejos como entes gubernamentales responsables de promover la investigación científica y tecnológica . Se ilustra así como el surgimiento y desarrollo de programas de cooperación internacional desde países con más desarrollo hacia países con menor desarrollo cobra importancia, como una opción para enfrentar las debilidades de las capacidades de desarrollo de los otros países en el mundo. Sin embargo, se asimiló y se entendió esta política como la de apoyar la ciencia en lugar de apoyarse en la ciencia (Cereijido y Reiking, 2003).
Eduardo Gana (1996) ha señalado que una de las ideas más arraigadas en los países, en desarrollo, en cuanto a la cooperación internacional se refiere, “era que las soluciones que son buenas para un país pueden serlo para la mayoría. Esta percepción ha favorecido por décadas a la formulación de soluciones únicas, de proyectos de aplicación general, y el desarrollo de una actitud de la fuente que la lleva a tratar de imponer pautas comunes para todos los países”. Es por ello que los países de América Latina, por su condición de encontrarse en vías de desarrollo, han sido favorecidos por programas de cooperación internacional vinculados con el desarrollo en diferentes áreas. Entonces, uno de los valores de la cooperación internacional yace en la necesidad de prestar asistencia técnica y financiera a los países en desarrollo.
En el dinámico entorno internacional de la década de 1970, existía un fuerte deseo de cooperación internacional. Para 1971, La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Estrategia Internacional para el Desarrollo (UN 1971ª), la cual consideraba explícitamente la contribución de la ciencia y tecnología para el desarrollo de los países en vías de desarrollo y la importancia de la transferencia internacional de tecnología (Oscar Plaza 2002). Según Mario Albornoz (2002), la cooperación internacional es una de las ideas – fuerzas dominantes en el mundo de la segunda posguerra. Uno de los propósitos con los que fue concebido el Sistema de las Naciones Unidas fue el de estimular la cooperación para el desarrollo. Las acciones realizadas para estimular la cooperación internacional en América Latina estuvieron a favor de transferir recursos con el propósito de aumentar la capacidad productiva y de inversión de los países, además como la creación de una capacidad científica en los países y la regulación de los procesos de transferencia.
Sin embargo, es importante resaltar que la mayoría de los países de América Latina concibieron sus políticas en ciencia y tecnología dirigidas a la financiación de proyectos de investigación, muchas veces orientados al interés de sus investigadores, y no en fortalecer las capacidades nacionales de ciencia y tecnología del país tomando en consideración los problemas de la sociedad. Se confundió, conceptualmente, como han señalado Cereijido y Reinking (2003), la promoción de la investigación con la creación de ciencia. Además, la mayoría de las iniciativas de desarrollo no contó con la participación directa de grupos de población interesados, ni con la consideración de sus intereses y puntos de vistas sobre el desarrollo. Se diseñó, pues, la política pública de C&T solo para investigadores.
En la teoría, la cooperación internacional se concibió, en esta materia, como la movilización, intercambio y transferencia de recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos para promover el desarrollo internacional (Ana C Marcano 2011). Sin embargo, la acción de cooperación internacional se extiende a una vinculación entre los actores, y en el caso de enfrentar las debilidades de las capacidades de ciencia y tecnología, la vinculación de actores para la innovación, se promueve la cooperación triangular y el intercambio de buenas prácticas aplicadas en la realidad de cada país, traduciéndose en una acción que brinda a la cooperación internacional, la oportunidad de unirse en una plataforma común.
II. La Cooperación con América Latina. El Caso del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo CYTED
En un estudio realizado sobre las principales tendencias de la cooperación académica entre América Latina y la Unión Europea, refleja que España por sus lazos históricos y culturales, tiene una preferencia con América Latina. Sus relaciones de colaboración privilegiadas que mantiene con universidades latinoamericanas ha sido parte de su posicionamiento en el contexto europeo. Una de las características es que posee el porcentaje más alto de convenios firmados con países latinoamericanos frente a Francia y Alemania. Y más aun, España es la excepción de la Unión Europea, pues un 80% de sus instituciones colaboran en investigación con instituciones latinoamericanas. (EULAC Patnerships for Internationalisation 2007)
En razón a lo anterior, vale la pena señalar al Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo CYTED como una experiencia de cooperación de las comunidades científicas de España y América Latina. El CYTED es un programa internacional de cooperación científica y tecnológica en el ámbito iberoamericano que se viene desarrollando por más de dos décadas. Este programa ha sido concebido como un catalizador para promover la cooperación iberoamericana, desde España y Portugal hacia los países de Sur, Centro América y el Caribe, como una herramienta para el desarrollo tecnológico. Aunque no se trate de una experiencia nueva, por más de 25 años el Programa CYTED ha abordado la cooperación interregional en ciencia y tecnología. Aquí la cooperación, ha sido vista como el intercambio de recursos, tecnologías y conocimientos para hacer frente el desarrollo tecnológico en áreas prioritarias de actuación como lo son: Ciencia y Sociedad; Tecnología de la Información y Comunicación, Salud; Promoción al Desarrollo Industrial; Agroalimentación, Desarrollo Sostenible, Medio Ambiente, Energía, Hábitat, Biotecnología, entre otras.
Desde sus comienzos, el Programa CYTED ha sido catalogado como un “instrumento” para la cooperación científica y tecnológica basado en la unión de recursos y esfuerzos para el logro de objetivos comunes con impacto en el sistema productivo, así como también un “mecanismo” que fomenta la integración de la comunidad científica y tecnológica en Iberoamérica, al promover la transferencia de conocimientos y técnicas y la movilidad de científicos expertos. Sin embargo, en ambos casos se reconoce la importancia de la cooperación internacional a la hora de contribuir en países sub-desarrollados, así como la necesidad de crear directrices adecuadas que proporcionen al desarrollo tecnológico retribuciones al sistema socio-productivo entre los países iberoamericanos.
Las actividades de cooperación dentro del Programa CYTED han estado enmarcadas en subprogramas, y en estos se consideran tres modalidades de participación, como lo son:
- Redes Temáticas en torno a temas prioritarios de interés común entre los socios de los países miembros del Programa. Su principal objetivo es facilitar la interacción, la cooperación y transferencia de conocimientos, así como el intercambio de experiencias en el ámbito de las actividades científicas o tecnologías con respecto a tema específico.
- Proyectos de Investigación orientados al intercambio de experiencias en la investigación aplicada realizados con la participación de varios socios de diferentes países miembros del programa. Su principal objeto la transferencia de los resultados a los sistemas productivos de los países de la Región Iberoamericana.
- Proyectos de Investigación Consorciados orientados al desarrollo tecnológico realizados con la participación de varios socios de diferentes países miembros del programa. Su principal objeto es obtener o mejorar un proceso, producto o servicio que contribuya de forma directa al desarrollo de la Región Iberoamericana.
En razón a lo anterior, la cooperación en el Programa CYTED consiste en la coparticipación de entes públicos y privados vinculados al Sistema Nacional de Innovación (SNI) instaurados en cada país que conforman los países Iberoamericanos a través de redes temáticas, proyectos de investigación y/o innovación. Tiene una dimensión multisectorial que transciende los límites de alianza nacional y favorece la integración para la transferencia de información, resultados y tecnologías en la región iberoamericana. Las redes de expertos y el apoyo institucional de los organismos participantes desempeñan un papel esencial a la hora de dar una mejor respuesta a las demandas tecnológicas y el acoplamiento de la integración iberoamericana, convirtiendo a la cooperación técnica en una herramienta que promueve el desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas en los todos los países.
Asimismo, la conformación de redes temáticas congrega a un grupo de participantes que desean cooperar conjuntamente y articular mecanismos e instrumentos de acción. Las redes temáticas constituyen el marco en el cual se concreta la participación y se desarrollan las actividades difusión y transferencia tecnológica. En la etapa inicial, es fundamental la creación de vínculos directos y duraderos entre instituciones de investigación públicas y privadas, universidades, asociaciones, fundaciones, ONG, entes gubernamentales, empresas, etc. de la región iberoamericana, debido a que prevé un espacio para la participación entre los diferentes actores y el intercambio reciproco de experiencia y el fortalecimiento de las capacidades institucionales.
Dentro del CYTED, cada red temática ha desarrollado actividades de formación y capacitación, intercambio, movilidad e interacción científica. Esto se ha traducido en encuentros anuales, difusión de información a través de cursos y talleres, ha animado la participación y la comunicación entre pares y ha permitido la elaboración documentos base como monografías, revistas.
Uno de los Subprogramas que avanzó el CYTED desde sus comienzos fue el Subprograma V “Catálisis y adsorbentes para el Medio Ambiente y Calidad de Vida”, abordando la cooperación desde España hacia los países de América Latina.
A continuación, se realiza un análisis, fundamentalmente cualitativo de la cooperación alcanzada dentro de este subprograma, identificando los países que tradicionalmente participan en la cooperación. También se hace una reflexión de la información disponible de las diversas modalidades en la que se adscriben las acciones de cooperación entre los países participantes, haciendo un especial énfasis en la participación de Venezuela.
III ¿Cómo fue el desarrollo de la catálisis en Venezuela?
El desarrollo de la catálisis en Venezuela fue a través de la puesta en marcha de programas de formación establecidos por el CONICIT , La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (FUNDAAYACUCHO) y el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (CDCH-UCV). Dichos programas otorgaban recursos para el desarrollo de actividades tales como becas, subvenciones, pasantías, organización de cursos/talleres, adquisición de equipos/insumos, entre otros.
En relación a lo anterior, contamos con las investigaciones realizadas por la investigadora Hebe Vessuri sobre la evolución del campo de la catálisis en Venezuela. En varias publicaciones analiza sus orígenes y el desarrollo de las capacidades de investigación en dicha área. Estas son algunas: [1] Vessuri, H. (1997); [2] Arvanitis, R y Vessuri, H. (2001); [3] Vessuri, H. y Canino, M.V. (2002), [4] Vessuri, H.; Sánchez Rose, I. y Canino, M.V. (2004).
De hecho, el estado venezolano, a través del CONICIT, le solicitó en 1998, un estudio sobre las capacidades de investigación en catálisis en Venezuela, tomando en cuenta sus antecedentes y perspectivas (Vessuri, H. y Canino, M.V; 2002). En este sentido indicaremos acciones relevantes como:
- A partir de la firma el primer convenio de cooperación en 1964, suscrito por la Universidad de Munich y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Venezuela para la investigación en el área de catálisis, visto como un primer esfuerzo; se sientan las bases para que en un período de 15 años (1965 – 1980), se consolidará las capacidades nacionales en el campo de catálisis, traduciéndose en la creación de centros y laboratorios y el desarrollo profesional de investigadores en instituciones venezolanas: 1965 - Universidad de Carabobo (UC), 1971 - Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), 1972 - Universidad de los Andes (ULA), 1974 - Instituto Universitario de Tecnología (IUT-Región Capital), 1975 - Universidad del Zulia (LUZ), 1976 - Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo INTEVEP, 1979 - Universidad Simón Bolívar (USB). Contando para 1980, con un grupo de investigadores y expertos venezolanos en catálisis.
- Asímismo, uno de los programas de cooperación que ha contribuido con el fortalecimiento del personal, la investigación y desarrollo y aplicación de la catálisis en el país ha sido el Programa de Cooperación de Posgrado (Programme de Cooperation Pos-gradueé – PCP) suscrito con Francia y enmarcado dentro del Convenio Básico de Intercambio Cultural y de Cooperación Científica y Técnica firmado en 1974. Este acercamiento se tradujo en una provechosa colaboración entre grupos de investigación de Francia y Venezuela, y para 1988 se establece el Primer PICS Programa Internacional de Cooperación Científica de Catálisis, en el marco CONICIT – Conseil National de la Recherche Scientifique (CNRS).
- Dentro de Iberoamérica, el Programa CYTED fomentó distintas actividades en el campo de la catálisis a través del Subprograma V. Como resultado se tiene el desarrollo de un catalizador comercial, publicaciones de informes sobre los proyectos concluidos, actas de talleres y cursos, así como la integración de grupos de investigación, la conformación de redes temáticas, la incorporación de países de menor desarrollo, entre otros.
- Concretamente para la fecha se precisaron un total de 152 investigadores venezolanos dedicados a la investigación de catálisis en sentido extenso, 114 investigadores estrictamente en catálisis y la mayoría (74 investigadores) se encuentran en instituciones como INTEVEP, UCV, ULA, UC, y el resto (40 investigadores) repartidos en USB, UDO y LUZ. Mientras que las instituciones venezolanas con mayor experiencia de investigación en el área son la UCV, el IVIC e INTEVEP.
Se puede afirmar que el esfuerzo sostenido por autoridades nacionales a través de la estrategia de cooperación y otorgamiento de financiamiento nacional, ha contribuido al fortalecimiento de la infraestructura y formación de personal dedicado a la investigación y desarrollo de la catálisis en Venezuela
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